Y así estamos, con el alma en vilo, pendientes del viernes y convencidos de que después de lo del domingo, al menos nuestro presidente se siente más acompañado
Por mucha alfombra roja y mucho jazz, por mucha vieja gloria y pese a contar con tres presentadores, no se termina de entender del todo el lema de la fiesta/mitin del PSOE el domingo: «Zapatero, no estás solo». Pues vaya descubrimiento.
Alguien que ostenta la presidencia del gobierno de un país, nunca está solo: de entrada tiene once millones de votos que lo colocaron donde está, tiene nada menos que a todo un gabinete arropándole, el Boletín Oficial a su disposición, dos sindicatos que le dan cariño y un manojillo de grupos parlamentarios dispuesto a vender su voto si fuera necesario.
¿Por qué entonces ese lema? Yo me pensaría dos veces qué proponer en el próximo guateque porque del «no estás solo» al mítico «y esta vez porque sí» hay un paso.
(Aviso a Leire Pajín, presunta responsable de estos saraos, dada su juventud: el «y esta vez porque sí» fue el lema utilizado por el franquismo para una de las ultimas concentraciones de apoyo al dictador).
Pero aun siendo ciertos todos los poderes enumerados que acompañan al presidente del Gobierno, y precisamente porque son ciertos, el lema debería llamarnos a la reflexión.
Lo de la soledad tiene siempre un punto subjetivo difícilmente explicable y algo habrán detectado los organizadores de la fiesta para ese ejercicio de onanismo que ni siquiera se contempla en los manuales extremeños.
Porque lo del domingo no dejó de ser un acto de autoafirmación, de vamos a darnos un baño de alfombra roja a nosotros mismos y que unos presentadores pregunten a la vicepresidenta segunda -que vaya salto lo del G-7, Hombres G y G-20 (chiste incluido)- o que para la entrada estelar del presunto solitario, pregonen «no estamos todos aun, falta alguien».
Y ¡zas!, casi como el ángel del misteri de Elche, desciende en ese momento por las escaleras mecánicas un ZP del brazo de aquí su señora.
Reconozco que a mi estas cosas me dan un poco de bochorno ajeno, más que nada porque nunca salen bien; es lo que les pasa a los Premios Goya y lo del domingo se pareció bastante pero con menos nominaciones.
Pese a todo, no nos quedemos en la epidermis -que es difícil dado el derroche de epidermis- y vayamos al fondo, un fondo que tuvo su continuación al día siguiente cuando, muy seriamente ya, el presidente re-anunciaba solemnemente en un acto de «The Economist» que la recuperación económica «se ha iniciado y ya está en marcha» aunque ignora con qué fuerza, con qué progresión y cuándo empezará a crear empleo.
Pero eso son detalles menores, lo que importa es que el presidente ha afirmado que la recuperación se ha iniciado aunque nadie sepa muy bien en qué se basa.
Y no contento, ha anunciado por fin que el viernes milagro se presentará su ya famosísima ley de economía sostenible que, al parecer, va cambiar el modelo que teníamos en un abrir y cerrar de ojos. ¿En que consiste esa ley-milagro?
Ah, esa es otra; no se sabe y hasta el viernes, seguirá siendo el secreto mejor guardado de la Historia.
Y así estamos, con el alma en vilo, pendientes del viernes y convencidos de que después de lo del domingo, al menos nuestro presidente se siente más acompañado y reconfortado en la siempre difícil tarea de la gobernación de un país que se empeña en creer mas las palabras escasamente optimista de un pobre gobernador del Banco de España al que llaman MAFO, que los anuncios del final de la crisis y la ley-milagro de todo un presidente apodado ZP (por abreviar).