Enfadadísima Sáenz Díaz, a la salida del programa, espetó al director del mimo Carlos Cuesta y ante todos los contertulios, que vetaba mi presencia junto a ella
El televisivo socialista Antonio Miguel Carmona se inventaba con todo desparpajo ante las cámaras de VEO 7 un heroico pasado antifranquista para Felipe González, Alfonso Guerra y el conjunto de aquella dirección socialista. Con toda rotundidad afirmaba su paso por la cárceles de la dictadura y hacía grandes protestas al replicársele que tal cosa era una absoluta mentira.
Tras la guerra y postguerra el Partido Socialista dejó prácticamente de existir en el interior de España. A partir de los años 50 y hasta mediados de los 70 prácticamente no tuvo actividad interior ni militantes, con la excepción de Nicolás Redondo y algunos compañeros suyos y los hermanos Solana y poco más en los 60 en la Universidad.
Tanto es así que surgió el Partido Socialista del Interior, liderado por Tierno Galván, y en el que militaron entre otros José Bono, Raúl Morodo o Enrique Curiel, este último luego en el PCE y ahora en el PSOE y que fue un destacado líder universitario muchas veces detenido y varias encarcelado. Enrique Múgica también sufrió la cárcel, pero igualmente en su condición de miembro del PCE.
El PSOE no existió en la lucha contra el franquismo. Era tal evidencia que cuando sacaron aquel famoso slogan de “100 años de honradez” , Ramón Tamames, también por entonces en el PCE y activo contra la dictadura y por ella represaliado, contestó: “Y cuarenta de vacaciones”.
En la Universidad no había PSOE, en las fábricas no había PSOE, en los barrios obreros no había PSOE y el grupo sevillano de la tortilla era algo tan residual y testimonial que sólo buceando en los archivos cabe encontrar un mínimo encontronazo policial, en el que estuvo involucrado González, en el año 1972, que no llevó a proceso alguno y mucho menos a cárcel. La lucha contra la dictadura, para bien o para mal, la lideró, protagonizó y hegemonizó el PCE acompañado de grupos aún más a su izquierda.
Hoy los dirigentes socialistas que en su historia tienen tales “medallas” las deben a su paso por el partido comunista, como es el caso de Adolfo Piñedo, líder obrero en la Standard de Villaverde y muchos que como él provienen de ese sector, como el dirigente de CC.OO, Antonio Gutierrez o el recientemente fallecido Jordi Solé Tura, líder que fue del PSUC catalán.
El inventarse un pasado antifranquista como organización activa en España es una burla para quienes en la medida de sus fuerzas sí que enfrentaron al franquismo y sufrieron su opresión. Uno creía que en la ley de Memoria Histórica había algo de este complejo: faltos de ese pedigrí de combatientes antifranquistas en su juventud y lideres actuales, nada mejor que desenterrar los republicanos.
Pues veo que ahora se da un paso más : inventarse ese pasado y hacerlo verdad a base de repetirlo en televisión. Tal es el descaro que el año pasado Leire Pajín se “apropió” de las 13 rosas, jóvenes militantes de la JSU, que no era las juventudes socialistas, sino las comunistas que así se llamaban, (Juventudes Socialistas Unificadas y que dirigió el mismísimo Carrillo) Para hacerlo y colocar su placa , Pajín no dudó en arrancar la anterior que tenían puesta.
Pueden parecer estas batallas del abuelo Cebolleta. Pero suplantar la verdad por una interesada mixtificación histórica por parte de los que ahora ocupan y copan casi en exclusiva el “cuño” izquierda y pretender que ello se acuñe como axioma por la población no puede quedar sin respuesta. Pero ahí quede esta voz humilde, como lo fue en el tiempo del que ahora quieren también apropiarse, aun a sabiendas de que esta será aplastada por la propaganda y en este caso por la desvergüenza.
P.D. Sé, y pido disculpas, que me afecta de tal manera esta tergiversación, esta trampa y esta torticera desmemoria carente del más mínimo escrúpulo y honradez intelectuales que me hace indignarme y hasta salirme de mis casillas en la réplica ante las cámaras. Pero todavía de época más reciente les aporto otro dato.
La periodista progubernamental Margarita Sáenz Díaz proclamaba por su parte este martes que si no se habían ilegalizado todas las listas de ANV en las pasadas municipales era porque el Tribunal Supremo así lo había estimado. Era tan grave, tan notoria y tan escandalosa la falta a la verdad que públicamente la acuse de mendacidad.
Era el propio Tribunal Supremo en su auto, en el que anuló la practica totalidad de las listas que le fueron recurridas por la Abogacia del Estado y la Fiscalía, quien se lamentaba amargamente de no haberlo podido hacer con todas pues la mitad de las presentadas no habían sido impugnadas ante la Sala con lo cual le ataban de pies y manos para poder actuar contra ellas. Y son los proetarras que ahora están en el ayuntamientos.
Enfadadísima Sáenz Díaz, a la salida del programa, espetó al director del mimo Carlos Cuesta y ante todos los contertulios, que vetaba mi presencia junto a ella, que cuando ella fuera convocada se negaba a coincidir conmigo. Todo talante. Como no fue una conversación privada sino en presencia de un nutrido grupo de periodistas presentes, doy cuenta también de ella. Una prueba más de la “selectiva” memoria histórica.