Han presentado, una vez más, un papel , de prisa, corriendo, y en plan te lo doy cinco minutos antes de sentarnos a hablar, donde no existe ni una propuesta, ni un mínimo plan de acción
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De mentirijillas. La manifestación era de mentirijillas. Era tan claro que no fueron ni los liberados. Ni los de la «sede», vamos. Nunca una convocatoria sindical se ha saldado con un fracaso tan estrepitoso. Pero es que poco importaba mucho. Se trataba de aparentar. De hacer un poco de teatrillo sindical contra el Gobierno. Pero no mucho, sin pasarse. Aunque, me malicio, si hubieran ido en serio a lo mejor tampoco habían ido muchos más. Como cuando fueron contra los empresarios que tampoco es que se juntaran una barbaridad.
SAINETES EN LA CALLE
Pero si los sindicatos interpretan sus sainetes en la calle, el Gobierno, más purpúreo, es en el parlamento donde escenifica sus pantomimas. Porque una pantomima más es lo del famoso pacto donde han metido hasta el Rey en el ajo, que más le hubiera valido a Su Majestad no meterse en tales trochas, que luego se le empieza a poner el personal republicano.
El famoso Pacto alumbrado en el último parto zapateril no es nada. Nada de nada. Otro discursos de meras intenciones. Otra humareda. Una vez más se trata de zafarse de las responsabilidades propias -gobernar, actuar con medidas-con el manido mantra de vamos a dialogarlo todo y además que las propuestas las traigan los otros, la oposición.
De coña, pero así es y así se vende como gran arma propagandística. Ganar tiempo a la espera del milagro de la multiplicación de los panes y los peces, que eso deben ser los brotes verdes que anunciaron ya la primavera pasada.
TODO GASES NOBLES…
Han presentado, una vez más, un papel , de prisa, corriendo, y en plan te lo doy cinco minutos antes de sentarnos a hablar, donde no existe ni una propuesta, ni un mínimo plan de acción. Todo gases nobles.
Pero es que estamos en lo mismo. Es que el fin no es, para nada, ese acuerdo nacional, que de darse debiera claro gentes de la oposición en el gobierno para ponerlo en practica. O sea, un gobierno de concentración para aplicar de común acuerdo una politica conjunta. Eso sería hablar en serio.
Pero esto sigue siendo un teatro. Con una intención muy contraria precisamente a cualquier tipo de generoso y claro acuerdo: escenificar que la culpa, una vez más la búsqueda de un culpable, de que no lo haya la tiene el PP. Lo que busca este teatrillo de los títeres es proclamar quien es la bruja mala remala y que los «niños» aplaudan cuando el principito valiente la maje a palos.
CIU Y PNV SABEN QUE ESTO ES UNA FARSA
Y eso lo saben todos. Lo sabe, por supuesto, CiU y PNV, que tienen papel ya atribuido en el «entremés». Que esto es una farsa. Pero la tragedia es que fuera la comedia es drama. Drama de millones y preocupación de todos Y que ese «ganar» tiempo es en la realidad una lamentable forma de seguirlo perdiendo. Que esa es la cuestión, que seguimos perdiendo un tiempo cada vez más precioso en afrontar una situación que no quiso ni mirarse y que hoy amenaza nuestro presente y nuestro futuro.
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