Su sueño es que, por ese defecto, muchas de las pruebas practicadas pueden ser declaradas ilegales y ellos aprovechar para irse de rositas
Algunos advertimos, cuando se inició el Caso Gurtel, que la intervención de Garzón en el asunto podía ser el mejor agarradero de los sinvergüenzas. Hay “Caso Gurtel”, por supuesto, un auténtico estercolero untado de brillantina y nadie en su sano juicio, más allá incluso de las fiebres de partido, puede desear otra cosa que los culpables acaben pagando ante la justicia sus tropelías y que la política-en este caso el PP que obró con tardanza y a regañadientes- los depure para siempre de su seno.
Pero existió desde el primer momento también un “Caso Garzón”. El magistrado no sólo no era el indicado para aquella instrucción. Es que jamás debió meter mano en ella. Más allá del poco edificante espectáculo de la connivencia montera con el ahora ex ministro de Justicia y el roneo con los mandos policiales encargados del caso, había una tacha de origen porque don Baltasar había sido rival electoral, cuando fue en las listas del PSOE, del partido, el PP, contra muchos de cuyos militantes se dirigía el proceso.
Aquello repugnaba al sentido común. Pero , por lo visto, la razón jurídica iba por otro lado y hasta que el juez no se metió en otro charco, hacer grabar las conversaciones de los incupaldos con sus abogados defensores, no pareció que la cosa fuera repudiable por las leyes. Esto parece que sí. Al menos se entiende, y por eso se ha admitido a tramite por los tribunales, que puede ser objeto de querella. Una más de las tres que en estos momentos penden sobre la cabeza del problemático juez.
Es, sin duda, lo mejor que les podía pasar a quienes han de comparecer ante la Justicia. Menudo chollo Garzón. Su sueño es que, por ese defecto, muchas de las pruebas practicadas pueden ser declaradas ilegales y ellos aprovechar para irse de rositas. Sí, aunque el mundo entero sepa que son unos chorizos de tomo y lomo, estos pájaros podrían , y con ello sueñan, salir limpios de polvo y paja. Sería algo penoso para nuestra propia estima y para nuestra Justicia.
¿Pero de quien sería la culpa?. En una de las más alucinantes y peligrosas páginas del periodismo español el diario “El Pais” ,como buque insignia de toda una campaña que lleva días desatada, pretende nada menos que echársela a los jueces de la sala segunda del Tribunal Supremo a quienes en una “información” –que es un ejercicio de la más insensata de las presiones sobre el Poder Judicial que uno ha leído en su vida- se les supone unos esbirros del PP, tachándolos de conservadores, designados a dedo y poco menos que la voz de su amo.
Lo que viene a decir es que si siguen con el procedimiento contra Garzón ya se sabe porque es y se les niega de origen hasta legitimidad para actuar en tal dirección. Sólo serían jueces “limpios” si juzgaran en sentido contrario. Toda una descalificación, en portada, al Tribunal Supremo de España. Con un par.
¿Y por qué? Pues por defender lo indefendible al fin y al cabo. Que un juez tan politizado y tan medio de hoz y coz en la política no debía haber seguido ejerciendo . Y eso es algo que se hace cada vez más evidente. Porque más allá de las campañas la única realidad es que si los “pájaros” de la Gürtel salen pitando de la jaula la culpa no será del Supremo, obligado a actuar con la ley en la mano, sino de un juez que no debió meter aquí no baza ni cuchara: Baltasar Garzón.