El fin de semana un número indeterminado (pero pequeño) de personas se manifestó para defender al pobrecito funcionario Garzón. Y mientras tanto, el paro sigue creciendo: los parados mayores de 45 años han superado el millón.
La leyenda rosa de la II República afirma que los malvados caciques y terratenientes de los años 30 respondían a las peticiones, respetuosas y educadas, de los jornaleros andaluces y extremeños que sólo pedían trabajo para dar de comer a sus hijos con la siguiente frase: «¡Comed república!».
¿Qué ofrecen ZParo, Bono, MariTere, Bibiana, el concejal Sebastián, Salgado, Leire, Blanco y Chaves a 4,5 millones de desempleados, a los hombres encarcelados por falsas denuncias de sus mujeres, a los embargados y deshauciados, a los que se han quedado sin subsidio, a los inmigrantes atraídos por el ladrillo de oro y la impunidad? «¡Comed Franco!»
Por muy grave que sea la situación económica, ZParo prosigue con su ingeniería de almas, desde el aborto a EpC. ¿Y cómo conseguir que la gente deje de oír el sonido de sus tripas rugiendo por el hambre o deje de pensar en la hipoteca impagada? Pues gritando «¡Que viene la Falange!».
Así, el aparato de agit-prop y los coros y danzas del Régimen han montado una campaña de movilización con la excusa de los tres procesos judiciales contra el juez y ex diputado socialista Baltasar Garzón.
La redactora Natalia Junquera, que en El País se encarga con tal pasión del antifranquismo que llega a olvidarse de la realidad, escribe en su crónica de la manifestación en favor del funcionario cazador las siguientes frases, que define a los luchadores antifranquistas de 2010:
En la protesta más multitudinaria, en Madrid, muchos asistentes confesaban que no habían acudido nunca a una manifestación. Jamás habían protestado por nada, explicaban ayer ancianos de 80 años.
Es decir, esos viejos tenían unos 45 años cuando murió el generalísimo… y se manifiestan contra él y su poder que viene de más allá de la tumba 35 años después. ¡Qué valientes! No me sorprende que el franquismo durase tanto tiempo. Nótese que los viejos reconocen que tampoco han protestado por el 23-F, ni contra los atentados de ETA, ni por el 11-M, ni por la guerra de Irak, ni por los GAL… ni por supuesto por el desempleo que afecta a 4,5 millones de españoles. ¡Qué ciudadanos conscientes! Sólo salen para defender el destino administrativo de un funcionario. ¡O qué idiotas!
Otra idea que cabe deducir de esta conducta es que ZParo -que sigue callado- está consiguiendo que el odio y el rencor están cortando en dos la sociedad española. ¡Gracias ZParo! No lo olvidaremos. Te lo prometo.
LOS TRIBUNALES SENTENCIAN… Y NO PASA NADA
La portada de El Periódico de Cataluña me ha hecho caer en una cosa: puede haber sentencias de los tribunales contra los intereses y los deseos del Imperio Progre… y no pasa nada. Pese a la amenaza (sic) del Tribunal Constitucional (¿también controlará Franco este tribunal?), ha habido menos participación en los referendos separatistas que en los anteriores.
EFECTOS DESGRACIADOS DE LA SECULARIZACIÓN
En las sociedades cristianas el efecto más notable de la secularización fue la socialización de la paranoia, consecuencia de la universalización de la culpa. Los paranoicos, como se sabe, exorcizan su angustia echando la culpa a los demás. Como la conciencia de ser uno mismo culpable en un mundo sin Dios conduce a reventarse los ojos, siguiendo el ejemplo de Edipo, hay que procurar que la culpabilidad recaiga siempre en el otro. De ahí que el progresismo plurimorfo suscite sin tregua figuras espectrales de la culpa ajena (la última, la de la Iglesia «pedófila»), porque tiene que dividir el mundo entre inocentes y culpables, víctimas y verdugos, o sea, ellos mismos y todos los demás.