Exámenes de junio

Zapatero, que ya viene de serie con cara de felino mira a Bruselas como el gato Jinks y masculla: «malditos mercados me los comería a tos». El presidente se ve envuelto en su propio laberinto, por no querer tomar medidas a tiempo los tiempos le han tomado la medida que es una forma poética de afirmar que vamos color chocolate. Y lo peor es que se ha tenido que tragar su política social dejando a pensionistas y funcionarios recortados, congelados y cabreados. El nieto del abuelo Patxi, (el que le preguntó por el precio del café en la tele), le manda recuerdos.

A todo esto Europa todavía no ha dicho la última palabra y tendremos que esperar al mes que viene para saber si estos recortes han sido suficientes para las autoridades de la UE. Elena Salgado dice que confía en haber acertado pero se trata de la misma ministra que esperaba llenar de brotes verdes la economía. Recuerda el chiste de Eugenio en el que un tipo caía a un pozo y se sostenía a duras penas a unas hierbas. Entonces escuchó una voz celestial que le dijo: «suéltate, hijo mío, soy el Creador. Confía en mí», y el tipo respondía: «¡vale, gracias!, ¿pero no hay alguien más?». En caso de no ser suficientes estos recortes habría que dar una nueva vuelta de tuerca a los más pobres para conseguir detener el gasto público.

Curiosa la manera de hacer economía de derechas que tiene el presidente al que le gusta presumir de rojo; la prueba del nueve de su incongruencia se la han dado los mercados. A Zapatero no le han enseñado a gobernar con el viento cambiado, no es capaz de girar las velas y de ahí esta derrota en el sentido náutico del término. Y, tampoco es que Mariano Rajoy sea un experto navegante en situaciones de crisis, agujeros como las de la comunidad valenciana y el Ayuntamiento de Madrid confirman que el PP también sabe endeudarse en tiempos de bonanza. Rajoy en economía tiene menos credibilidad que Tarzán en el sastre, (el símil le vale también a Camps).

Lo peor sería suspender en junio porque igual no hay más convocatorias. De ahí la cara de pasmo que presenta Zapatero al que le toca estar en todas las recepciones en función de su papel de anfitrión de la presidencia europea. El remate ha sido la Cumbre de Iberoamérica, la ausencia de Chávez y Raúl Castro no le ha restado emoción, por un lado Evo Morales acusando al PP de haber gestado un golpe de Estado en su país, y por otro la presidenta argentina dudando de nuestro sistema judicial.

Por su parte Marruecos vuelve a reivindicar Ceuta y Melilla, y la ceniza del volcán «cenizo» amenazan con estropear la llegada de turistas en verano. Los problemas de uno en uno. Realmente el gato Jinks tiene motivos para odiar a los roedores.

 

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