El ex alcalde de Vic, Pere Girbau, ha realizado unas polémicas declaraciones al canal autonómico catalán TV3 en el contexto del documental ‘ETA en la ciudad de los Santos’, dirigido por Albert Om. Este trabajo periodístico tiene lugar en el veinte aniversario del atentado en la casa cuartel de la Guardia Civil de Vic, que costó nueve vidas, seis de ellas chavales, y al ex edil de esta localidad no se le ha ocurrido mejor repugnancia que afirmar que no entendía por qué los vascos tenían que atentar en Cataluña.
Girbau expresa que:
ETA no debía atentar aquí precisamente por eso. Esto es porque desde el momento en que sentíamos un sentimiento de catalanes como ellos de vascos, ¿por qué tenían que venir aquí?
Incluso, en un alarde de bajeza expresa que:
Las víctimas de los muertos hablan español, aquí, en cambio, hablan en catalán.
Las palabras de este político no tienen un calificativo. Zafias, bochornosas, repugnantes, inmorales o pornográficas serían los mejores apelativos. Evidentemente, entran de lleno en la falsedad porque, a raíz de manifestaciones de este calado se da a entender que en España hay personas que merecen ser objetivo de los terroristas y otras, en este caso los catalanes, que no tienen que ser siquiera extorsionados.
Por supuesto, nadie tiene que se objetivo de los etarras, aunque estas afirmaciones vienen a entroncar directamente con aquella negociación en Perpignan de Carod Rovira a finales de 2003, cuando negoció por su cuenta y riesgo una tregua de ETA en Cataluña –El árbol y las nueces de ZP-, cuestión ésta que provocó su salida del Gobierno de la Generalitat, presidido precisamente por Pascual Maragall quien sufrió como alcalde de Barcelona el atentado en el Hipercor, con varios fallecidos y multitud de heridos –Interior localiza e indemniza a más de 300 víctimas del terrorismo que desconocían su derecho a ser compensadas-.
VERDAD MENTIRA
Luis Rodríguez Aizpeolea: «Aquella tregua [2006] fue un fracaso táctico, pero un acierto estratégico que ha hecho que ETA haya entrado en su etapa terminal»
Raúl del Pozo: «Ahora el banquero Botín ha salvado de un complot de su propia nomenclatura a Zapatero»
Miguel Ángel Aguilar: «Ningún hecho queda inalterado después de haber sido difundido como noticia»
Fernando Sánchez Dragó: «Mis colegas y los colegas de mis deudos deforman a veces la realidad»