El director de Público, Jesús Maraña, escribe en Público –Urnas contra hachas y serpientes– que no se puede hacer una deducción tan directa como la realizada por los sectores conservadores de la sociedad cuando han querido relacionar el hecho de que un etarra recién salido de la cárcel y su primer gesto sea sostener una pancarta en favor de Bildu. Entiende que un hecho nada tiene que ver con el otro.
Señala el periodista que:
El etarra Ander Errandonea salió ayer de la cárcel después de haber cumplido 25 años de condena y lo primero que hizo fue desplegar un cartel hecho a mano en el que mostraba su apoyo a Bildu. De inmediato, el PP y los medios conservadores han exigido al Gobierno que utilice esa pancarta para impedir que la coalición legalizada por el Tribunal Constitucional se presente a las elecciones.
Precisa que:
La ecuación es tan simple como falaz: un etarra apoya a Bildu, por tanto Bildu es ETA. Ha habido suerte. Si en lugar de pintar unas manos que introducen papeletas en unas urnas, el expreso hubiera dibujado el escudo de la Real Sociedad, lo mismo el club donostiarra no acabaría la Liga.
Y añade que:
Es lícito y conveniente debatir las sentencias, sus fundamentos jurídicos, la valoración de las pruebas, los votos particulares… Pero es insultante pretender que cuando el Supremo ilegaliza Bildu por 9 votos contra 7 «se hace justicia» y cuando el Constitucional decide legalizarla por 6 votos contra 5 «se hace política».
Para sentenciar que:
Lo inadmisible sería que un candidato de Bildu ensalzara el terrorismo de ETA; que un etarra dibuje urnas y no el hacha y la serpiente simboliza lo que la democracia busca desde hace décadas.
Las palabras de Jesús Maraña son mentirosas porque, aun dando por cierto el hecho de que todo ciudadano tiene derecho a votar a cualquier opción política que sea legal, y Bildu, por mor de una decisión del Tribunal Constitucional lo es, resulta paradigmático que el primer gesto que realiza el etarra Ander Errandonea nada más salir de prisión sea, precisamente, sostener una pancarta en favor de ese partido.
Pero no sólo hay que quedarse en ese detalle. Como muy bien apunta Isabel Durán, minutos después de conocerse la sentencia del TC, centenares de personas jalearon en el centro de Bilbao la legalización de Bildu con gritos a favor de la ETA –¿Sigue pensando Pascual Sala que nada tiene que ver Bildu con ETA?-.
Por su parte, Antonio Pérez Henares considera en Periodista Digital –Bildu se atraganta– que:
Bildu y el enjuague del Constitucional se atraganta cada vez más. Que salga Pascual Sala en plan estupendo y muy digno diciendo que se le pone «la carne de gallina» porque cuestionen su independencia queda de inmediato arrasado por ese etarra que sale de la cárcel tras 25 años y se pone a vociferar con el cartel, su cartel, de Bildu en las manos. Y salir como sale ahora Alonso diciendo que le produce rechazo la escena hace que aún repugne más el comportamiento de quienes la han permitido y tolerado.
Y remacha que:
El PNV, con sinceridad casi bocazas lo dejaba en cueros y la nueva franquicia de ETA por más que disimule, que disimula poco, puede no dejar de traslucir su esencia.
Tampoco es que haya estado precisamente afortunado Jesús Maraña con el ejemplo de la Real Sociedad. Más grave que si hubiese pintado el escudo del equipo donostiarra fue el hecho protagonizado por ocho jugadores del cuadro blanquiazul posicionándose a favor de los familiares de los presos de ETA. Pese al repugnante gesto, el cuadro de San Sebastián ha seguido jugando sin más problemas la competición liguera –Ocho jugadores de la Real Sociedad apoyan un acto proetarra-.
VERDAD O MENTIRA
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