Para salir corriendo.

MADRID, 3 (OTR/PRESS)

Es en los momentos duros en los que tanto las personas como los países deben sacar lo mejor de si mismos: fortaleza, esperanza contra toda esperanza, presencia de ánimo y demás virtudes que a lo largo de la historia han permitido que la humanidad no sucumbiera. Ahora estamos en uno de esos momentos duros que visto y analizado con frialdad es para salir corriendo. Ayer el ministro de Trabajo sentenció que «España vuelve a estar más lejos de la salida de la crisis». 134.000 parados más -el doble que en octubre del año pasado- 75.249 afiliados menos a la Seguridad Social y una venta de coches por debajo de los mínimos nunca conocidos son solo algunos de los indicadores que invitan a eso, a salir corriendo y no parar por lo menos en Grecia, porque si éramos pocos, ahora resulta que PapaNdreu se ha puesto estupendo -«la democracia está por encima de los mercados»- y de paso ha puesto al euro boca abajo.

Nuestra situación es lamentable. En Cataluña, además de los recortes ya conocidos, los acompañantes de los enfermos tendrán que abonar su cama. Nos acercamos a Venezuela en donde el ciudadano que quiera ser operado debe llevar sus sabanas, sus vendas, sus tiritas y hasta el hilo de sutura. Aquí, se quiera reconocer o no, se acabó lo que se daba y más vale que poco a poco vayamos asumiendo y asimilando que esta crisis lleva consigo, de manera ineludible, un cambio drástico en nuestro estilo de vida.

Esto lo saben mejor que nadie los candidatos a la Moncloa que ayer por la noche abrieron de manera oficial la campaña electoral. Una campaña que coge a los ciudadanos angustiados y desesperanzados, que no están para bromas ni siquiera para esas que se utilizan en los mítines para animar al personal. Rajoy y Rubalcaba, a partir de hoy, van a medir sus fuerzas. Uno, Rajoy, con el afán de hacer el menos ruido posible porque las encuestas las tiene de cara y ya sería casualidad que todas se equivocaran y el próximo día 20 no fuera el ganador de los comicios. El otro, Rubalcaba, bastante tiene con ganar a las encuestas y superar aunque sea por poco los pésimos vaticinios y con mantener el tipo entre tanto contratiempo y desaliento interno. Por lo demás, señalar que ambos son hijos de la Transición, que se sienten cómodos con traje y corbata, que no son nuevos en estas aventuras y que por lo tanto cabe esperar de ellos un mínimo de rigor y realismo porque ambos saben que no caben los milagros pero si los compromisos y no las ocurrencias porque los ciudadanos no están para bromas.

España es un país que camina arrastrando los pies con claro síntomas de agotamiento. Caminar permanentemente por el borde del abismo produce un enorme cansancio. Por desgracia son ya más de 200.000 los españoles que han salido corriendo buscando una vida mejor y muchos, muchísimo más no lo hacen porque no tienen ni para moverse.

Será, afortunadamente, una campaña sin asesinatos y esto es un alivio sin parangón. Pero a partir de ahí, hay que señalar que nunca antes se había vivido en España una campaña electoral con un ánimo colectivo como el actual. Ni Rajoy ni Rubalcaba, ya en campaña deben olvidarlo ni por un segundo.

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