Lo del PSOE es de traca, y de la barata. Ahora son más españoles que don Juan de Austria y más andaluces que el vino de Montilla. Del pueblo, no del insigne prócer del PSC y Presidentes de la Generalidad.
Hay dos cosas que no me gustan nada de Carmen Chacón. La primera que hace todo lo posible por desterrar la idea de su catalanismo federalista del que hizo gala hasta antes de ayer, como quien dice. Ya no es Carme (leído Carma) y no se deja ver por Cataluña ni con ningún compañeros del PSC a menos de cien metros, no sea que la recuerden aquello del apoyo al infumable Rubianes o al infame Estatuto de Cataluña.
Es obvio que Zapatero está detrás, ayudando a su niña bonita, a su ministra de Defensa embarazada, a su experimento para tocarle los galones a los militares con una federalista, feminista, laica, mediocre y borreguera seguidora de las proclamas de su líder de infausto recuerdo, José Luis Rodríguez Zapatero.
Pero no es solo por eso. Zapatero, como buen mediocre, quiere tomarse cumplida venganza de sus compañeros de partido que osaron empujarle a un lado tras el varapalo de las autonómicas y municipales en donde no ganaron en ningún sitio. O sea, la vieja guardia. Los de siempre, los del clan de la tortilla. Es decir, Felipe González y compañía. Y con Rubalcaba como maestro de ceremonias.
Por eso apoya a Carmen (ya no es Carme, leído Carma) Chacón. Por eso a ese grupo de mucho PSOE por hacer se irán apuntando gente de la ralea de Pajín, Aído, Sebastián y algún ministrillo de esos que Zapatero aupó a los altos estamentos del Estado sin saber hacer la O con un canuto. Que no extrañe que Trini apoye a Rubalcaba, pues ni fue ni será una chica ZP. Su chupa vaquera y su melena de treintañera que no lo es ni de lejos, era útil en su momento. Ni más ni menos, pero no era de su cuerda. Más bien de la de Rubalcaba, junto con la Corredor, por ejemplo.
Pero sigamos con Carmen Chacón. La andaluza y muy española Carmen Chacón. Ella, y su marido, que se mueve muy bien dentro de PSOE, de Ferraz y hasta hace poco en Moncloa, saben que los que quieren regenerar el PSOE (esa es otra de la prometo hablar en potro artículo) no la van a pasar ni una. Ni media, más bien.
Son los primeros que han lanzado en voz baja pero firme, que es catalana, zapaterista, federalista, del PSC, delfina del líder que ha llevado al partido hasta la bancarrota política y mediocre. Sin el apoyo mediático del grupo de su marido, no sería nada. O más bien, muy poco. Una ministra experimento más dentro del laboratorio del profesor Bacterio Zapatero.
Lo saben y Rubalcaba y los suyos también. Tiene un punto flaco y en política eso es una brecha en las líneas de defensa. Su catalanidad militante junto con su afinidad al Estatuto y al tontorrón de Rubianes, le van a pasar factura.
Y esa dolorosa va a ser que va a tener que sudar tinta china para ganar en las primarias de su partido. Tinta china y esfuerzo andaluz, que para eso Andalucía (casualidad que ella se acuerde de su padre y descubre ahora que es casi andaluza) es la que más votos y compromisarios tiene. Griñán y Chaves, que andan a sartenazo limpio entre ellos tiene la llave de quién será el jefe (o jefa) de PSOE. Manda güevos que diría el otro.
Y Chacón conocedora de esa debilidad manifiesta se hace andaluza. Y española. Y si se tiene ahora que llamar María del Carmen, lo hará. Y su hay que ir a una corrida de toros, con peineta incluida, allí estará en barrera aplaudiendo aunque no sepa de la misa (o de la corrida) la media.
Este PSOE es así. Degenerativo en vez de regenerador, absurdo hasta la indecencia, puesto que los más corruptos, los del PSOE andaluz, son los que elegirán y mandarán en el Congreso y da más miedo que un mono con un trabuco. Ya puestos a ser españoles, que lo sea hasta el mono que dispara.