‘El hundimiento socialista’ (Editorial Planeta) hace un retrato profundo de como el PSOE ha sido capaz de dilapidar todo el poder alcanzado en los años 80, donde era el partido que controlaba desde la gran administración nacional al concejo más recóndito de la geografía española. José García Abad diferencia tres momentos en la vida de la formación de Ferraz, los años del felipismo, con un poder absoluto y la larga decadencia, la transición gris de Almunia y la etapa del zapaterismo, con sus grandes frases y sus vacíos contenidos.
La relación del PSOE con los grandes empresarios de la comunicación es uno de los aspectos que más sorprende a García Abad, en especial esa ambigüedad que en algunos momentos ha demostrado Pedrojota Ramírez, dando cancha a Zapatero, Bono o a Chacón, donde pudiese darse a entender que el director de El Mundo quiere posicionarse siempre en favor del caballo ganador. Sin embargo, el autor tiene claro de que pie cojea el periodista:
Él tiene ideología, pero más que eso, lo que tiene Pedrojota es ambición y afán de mandar. Él se lo esta poniendo difícil a Rajoy para hacerse valer y que en cierta manera tenga que pactar con él. En cierta manera le ha pedido ayuda a la prensa. Utiliza el palo y la zanahoria. Quiere hacer saber a Rajoy que le puede ayudar o incluso hacer daño. Son las maniobras y sus claves psicológicas. La ambición de él es marcar el paso de los políticos. No quiere presentarse a presidente pero si tutelar.
En su día jugó un papel importante para derrocar a Felipe, con Aznar consiguió cosas aunque tiene una personalidad fuerza. Pedrojota había dicho que tras la derrota de Rajoy con Zapatero en 2008 había que cambiar de líder. Lo que hay que aceptar es que Pedrojota va de sobrado y actúa con mucho desparpajo, pero como profeta no es muy bueno que digamos.
Sobre Miguel Barroso, quien asesorase a González en 1993 en el segundo cara a cara con Aznar, que luego fuese amigo de Rubalcaba, fuese posteriormente el elegido por Zapatero para montar un imperio mediático ad hoc, ninguneando a PRISA y marido de Carme Chacón, la rival ahora del propio Rubalcaba por acceder a la Secretaría General del PSOE, el autor comenta:
Barroso no es solo el esposo de Chacón, formaba parte del equipo de Zapatero. Era parte de un círculo, grupo o corte en el que se apoyaba el presidente. Zapatero pasaba de largo del Consejo de Ministros y del Ejecutivo para formar su propio círculo de incondicionales que le ríen las gracias y le apoyan, amén de no hacerle la más minima crítica. Barroso ocupaba un papel más que importante allí.
Y añade García Abad:
Ahora Chacón, con la suma de Barroso, piensa que ganarán la batalla porque su marido es un hombre de marketing. Lo peor que puede ocurrir en el PSOE es que gane Chacón, porque será un Zapatero con faldas, y por otro lado también es malo que gane Rubalcaba. Este congreso será el de los ni-ni. Ni Chacón, ni Rubalcaba sacarán al PSOE de la crisis en la que se encuentra. La gente duda de cuál de los dos aspirantes es el peor.
En cuanto a las relaciones del PSOE con PRISA cree que se pueden recomponer, pero sin perder la perspectiva del cambio de Gobierno:
Creo que se está viendo una reorientación de PRISA. Está claro que este grupo es de centro izquierda y cualquier medio no puede perder su propia esencia. Se nota, eso sí, una posición más suavizada que la que tenían anteriormente. Con Zapatero, Juan Luis Cebrián le dijo que ellos le habían puesto allí, y ellos le pueden echar. Zapatero no quería que le mangonearan, puso un paréntesis entre la buena relación que tenía con el grupo Felipe González y el propio Rubalcaba. Cuando gana el congreso Zapatero en el año 2000, desde PRISA le llaman para que les hiciera caso, pZP da un golpe en la mesa. Tuvo un arranque de dignidad como candidato a ser presidente del Gobierno.
Con la colaboración de Fernando López