Sí, hay una conspiración para que los españoles no vean cine español, y la dirigen los productores, cineastas y actores.
Lo reconozco: empecé a ver la Gala de los Goya y no aguanté mucho. Yo no sé quién le ha dicho a Eva Hache que es graciosa. Es la gracia de la mujer que cuenta chistes que antes sólo contaban los hombres. Aparte de eso, los actores españoles siguen sin saber vocalizar.
Pero al menos, todos los asistentes van vestidos con cierta elegancia, no como en el Festival de San Sebastián. Esta última edición nos ha permitido descubrir a los conspiradores contra el cine ejpañó. ¿Conspiración? Sí, la denunció Carlos Cuadros, director general del Cine nombrado por ZParo:
P. ¿Cree que hay una campaña de ciertos medios de comunicación contra el cine español?
R. Sí, desde el año 2002 [Cuadros habla de ese año como el contexto de acontecimientos tales como la gala de los Goya del ¡no a la guerra! o el vertido del Prestige]. No es casual que a la sociedad se le haya trasladado una imagen negativa del cine español. Y lo triste es que ha calado. No ha habido ninguna otra cinematografía mundial fuera de EE UU con tantos oscars, tantos triunfos en festivales y tanta buena imagen exterior como la española en los últimos años. Otra muletilla es la de las subvenciones, pero son mínimas en comparación con el volumen de negocio generado.
Yo creo que esa conspiración la dirigen los propios titiriteros, que han decidido hacer películas y documentales que no gustan a los espectadores. En 2009, la película más premiada fue Camino, contra el Opus, con 200.000 espectadores.
Ahora han premiado como mejor documental un lametazo al delincuente Baltasar Garzón hecho por Isabel Coixet (en la foto). El bodrio recaudó, según las cifras oficiales del Ministerio de Cultura, 7.054 euros y tuvo 1.259 espectadores.
Para la tribu del cine es pasmosa, magnífica, sublime, piramidal, asombrosa… una cinta que ven poco más de 1.000 personas, de las que hay que descontar a las familias de Coixet y Garzón, y cuya directora aprovecha un acto público para corregir al Tribunal Supremo español.
Pues que sigan así… viviendo de nuestros impuestos: 80 millones en 2011. ¿Cuándo viene la revolución?
