El pasado mes de enero de 2012, el presidente del Principado de Asturias, para sorpresa de algunos y después de medio año en el cargo, convocó a los electores asturianos para que el día 25 de marzo, el último domingo del mes, eligieran a los 45 diputados que componen la Junta General del Principado.
Es cierto que es potestad del presidente la determinación de la fecha, pero llama la atención que ésta la haya fijado a los seis meses escasos de comenzar la legislatura. Algo tiene que haber ocurrido, ha ocurrido ya, en Asturias para que el proyecto político salido de las urnas se haya frustrado en tan escaso periodo de tiempo. Echémosle un vistazo a la realidad asturiana para tratar de entender las circunstancias y motivos que han llevado a la convocatoria.
El gobierno del Principado lo ejerce en minoría (16 diputados frente a 45) el partido Foro Asturiano de Ciudadanos, que compone el acrónimo FAC, formado por unas iniciales que coinciden con las del nombre y apellidos de su presidente: Francisco Álvarez Cascos; y que nació como consecuencia de la escisión de un grupo de afiliados al Partido Popular.
Desde esta realidad, la acción de gobierno del FAC en estos meses se ha visto sometida a los equilibrios que imponía la realidad matemática de los grupos que componen la Cámara (FAC 16; PSOE 15; PP 10; IU 4); a los intereses propios de estos grupos (personales, de grupos y/o comarcales) y, lo que pudiera ser más importante, a los conflicto de intereses (propios, de lobby y ajenos) que defienden cada uno de estos grupos.
Algunos han creído ver en la convocatoria el fracaso en las relaciones personales entre dos de los antiguos ministros de José María Aznar: el actual Presidente del Gobierno Mariano Rajoy y el actual Presidente del Principado Francisco Álvarez Cascos, que ya en su momento no supieron evitar la escisión y que en este tiempo no han sido capaces de llegar a la concordia o a un punto de equilibrio.
Otros, con algún que otro prejuicio o pos juicio de por medio y puede que en todos los casos interesados, han entendido que lo ocurrido, primero el nacimiento de Foro Asturias y ahora el adelanto de las elecciones autonómicas asturianas, ha sido debido a las distintas formas que en las filas populares existen (y coexisten) para entender la acción (y participación) que los afiliados de las provincias han de tener en la política autonómica o nacional.
Sin embargo, parece que ha sido la propia dinámica parlamentaria asturiana, a la hora de la Aprobación de los Presupuestos, la que ha propiciado la medida. Porque es lo cierto que el gobierno en minoría de Foro Asturias, encajonado entre populares y socialistas, tenía poca capacidad de maniobra.
O transigía con imposiciones que desvirtuaban su propia existencia aceptando un status sociopolítico que intentaba modificar. O convocaba elecciones para que el electorado marcara el rumbo: El «ruque» (lo que se come o aprovecha) o el «perruque» (lo que se reutiliza), como lo define, en un bable libérrimo y sin diccionario, un asturiano de pro.
A partir de ahí y desde entonces, con las informaciones y declaraciones de medios e interesados, han empezado a aparecer los sondeos por encargo que acompañan a toda elección democrática.
Según éstos, los resultados previstos comportan la existencia de tres fuerzas parlamentarias principales (FAC, PP y PSOE) con un número de diputados cada uno superior a la decena e inferior a la veintena; un grupo menor (IU) con 4 o 5 diputados y un posible grupo residual (UPyD) con un sólo diputado.
Con estas previsiones y como futuribles, surgen en el horizonte las distintas posibilidades de fusiones, pactos, encuentros y desencuentros entre los que concurren a las urnas. Entre las posibles, con resultados que conviene preservar entre paréntesis y adjetivar con cautelas, se antojan las siguientes.
FORO ASTURIAS – PSOE: (Imposible ni aún en caso grave)
FORO ASTURIAS – PP: (Y viceversa. Posible, casi natural)
PP – PSOE: (Posible y de pronóstico reservado)
SIN PACTOS: (Posible y sin pronóstico)
En todos los casos y en un bable con afecto aunque sin mucho conocimiento, será «El ruque o el Perruque»: lo que se aprovecha o lo que se reutiliza.