OPINIÓN / Steven Emerson

Asesinatos de Toulouse: nueva ‘escuela de terrorismo’ en Occidente

Los homicidios de los niños judíos franceses sirven de inspiración al nuevo yihadismo

Asesinatos de Toulouse: nueva 'escuela de terrorismo' en Occidente
Anuncio de la Yihad. EFE

Los yihadistas han descubierto inspiración en el asesinato de los menores judíos y los militares franceses de Toulouse, instando a que el atentado inaugure una nueva «escuela de terrorismo» en Occidente.

En «Lecciones y Tesoros de la Batalla de Toulouse», el moderador del foro de Al-Qaeda en internet Abú Sa’d Al-Amili convierte el asesinato de un rabino, tres menores judíos y tres militares galos a manos de Mohammed Merah es una gloriosa incursión contra la civilización occidental. Los crímenes de Merah, tachados de «parecidos al 11 de Septiembre» por el presidente galo Nicolás Sarkozy, son tildados de «una lección práctica de valentía», y el asesino forma parte de «los luchadores de un percal extraordinario».

La versión traducida del ensayo apareció enseguida, con el objetivo presumible de ampliar el alcance del ensayo en árabe que vio la luz a finales de marzo y que fue recogido en aquel momento por el Instituto de Investigación Mediática de Oriente Medio (MEMRI).

«El héroe de la batalla de Toulouse será un ejemplo y un modelo para los que vengan después entre los jóvenes musulmanes afincados en Occidente, en especial los que no se han alistado en los grupos muyahidines», firma Al-Amili, poniendo el acento en que el atentado constituye la puesta en práctica del llamamiento de Al-Qaeda a la acción por parte de yihadistas que actúan en solitario. «Su mensaje para todas esas personas es que el camino de la guerra santa está abierto y es accesible», prometiendo a los conspiradores a pequeña escala que sus operaciones les van a convertir en héroes del Islam.

Para Al-Amili, la principal virtud del atentado es el rechazo a la campaña contra el fundamentalismo entre los musulmanes en Occidente emprendida por Occidente. «El golpe más duro contra el Occidente Cruzado» es que los jóvenes musulmanes occidentales se siguen uniendo a Al-Qaeda, escribe.

El ensayo pone sus miras en una enorme clase de musulmanes jóvenes en paro y frustrados residentes en Europa, tocando temas comunes en el seno de su vida cotidiana. Al-Amili destaca su frustración con la vida en Occidente, y al mismo tiempo explica la forma en la que esta indignación les convierte en los mejores efectivos de a pie entre las filas de Al-Qaeda.

Estos jóvenes en la actualidad «carecen de valor social, de empleo y de consideración o peso específico», escribe. Mientras sean musulmanes convencidos de «la ley divina» del Islam, «serán marginados y se van a verter acusaciones en su contra de ser terroristas y fundamentalistas, acusaciones vertidas para tenerles siempre en posición defensiva en lugar de en posición de ataque», escribe con ironía.

La civilización occidental les ha dado una única opción de «convertirse en los nuevos fieles de su civilización injusta y materialista» o convertirse «en generaciones perdidas sin identidad ni valores ni confesión, sin color, gusto o aprecio» por la vida.

En contraste, los talibanes o Al-Qaeda les brindan esperanza en poder recuperar la ley islámica y el honor. Y «el amplio margen de libertad» en Occidente, demonizado a lo largo de todo el ensayo, les impide convertirse en oprimidos como los árabes residentes bajo las dictaduras idealizadas de sus países de origen.

«Fueron independientes del resto y confiados y contaban con otros rasgos que les permiten ser los mejores soldados en manos de los muyahidines», escribe. «Más que eso, pueden convertirse realmente en una clase distinguida y extraordinaria de soldados en la sombra que no son conocidos ni escrutados por muchos y que no son fáciles de ubicar para el enemigo, a través de cualquier método y manera accesible para el enemigo».

Estos «soldados de una nueva clase» han encontrado su inspiración en los demás atentados de Al-Qaeda contra Occidente, escribe Al-Amili. Destaca «las operaciones de Londres y Madrid», así como la masacre de Mumbai, como ejemplos más contundentes. En los atentados de Londres y Madrid, terroristas residentes en la zona utilizaron explosivos para matar a docenas utilizando trenes de cercanías y autobuses. En el caso de Mumbai, un hombre armado disparó indiscriminadamente contra un centro judío así como contra lugares populares entre los occidentales.

El atentado de Merah tiene un cáliz extraordinario y digno, explica Al-Amili. A diferencia de las operaciones de éxito perpetradas por inmigrantes, los musulmanes nacidos en Occidente están rechazando las tentativas de los gobiernos locales por promover las formas pacíficas del islam. La operación también ha recordado a los yihadistas la importancia de atentar en Francia, que se ha salvado de los ataques colectivos de éxito sufridos en Estados Unidos y en otras partes de Europa.

Finalmente, el objetivo de esta operación y de las demás parecidas es dar lugar a una Al-Qaeda «que viste de forma occidental y tiene ojos azules» y que cuenta con «una apariencia totalmente occidental».

Estos «muyahidines han roto la barrera del miedo y han llevado a la nación musulmana a una etapa de cambio, al perpetrar atentados fulminantes y extraordinarios que ponen sus miras en las posiciones económicas, políticas y militares del enemigo dentro de sus propios territorios», escribe. La factura económica y social para Occidente constituye un éxito de la misma envergadura que los daños personales causados por las incursiones.

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