OPINIÓN / STEVEN EMERSON

La victoria de la Hermandad abre la puerta a los islamistas

Hamas, Irán celebran un resultado cuyos riesgos no entienden los gobiernos occidentales

La victoria de la Hermandad abre la puerta a los islamistas
Mohammed Mursi. EFE

Los islamistas de todo el mundo acogen con satisfacción la victoria del candidato de la Hermandad Musulmana, Mohammed Morsi, en las presidenciales egipcias.Lo hacen Hamas en particular y hasta rivales egipcios tradicionales como Irán.

En el ínterin, mientras funcionarios estadounidenses e israelíes han reaccionado de forma optimista —Morsi’s Win in Egypt Draws Kudos, Caveats From U.S.— pero cauta a las declaraciones sin fuerza de Morsi acerca de la paz en Oriente Próximo, ciertas autoridades islamistas estadounidenses ya han iniciado una campaña propagandística que celebra la victoria islamista.

Durante el anuncio de victoria, Morsi prometía ser «presidente de todos los egipcios» y cumplir cada tratado internacional, el eufemismo de respetar el acuerdo de paz fría egipcio con Israel —Mursi Vows to Unite Egypt, Respect International Treaties–. Pero a las pocas horas, la agencia iraní de noticias Fars anunciaba que su Gobierno «revisará el tratado de paz de Camp David» —Egypt’s New Leader Stresses Necessity for Revising Camp David Accord— en favor de «una política basada en la igualdad, puesto que no somos más débiles que ellos en ningún terreno».

Fars también cita a Morsi afirmando que la maniobra se acompañará de mejores relaciones con la República Islámica de Irán, el rival tradicional egipcio en Oriente Próximo y el más abierto de los enemigos de Israel. Las nuevas relaciones «crearán un equilibrio de presiones en la región» —Egypt’s Morsi: Iranian news agency made up interview–, decía Morsi, en lo que parece ser una amenaza velada a los intereses occidentales y al Estado judío.

Además, el gobierno de Irán elogiaba el «despertar islámico» que representa la victoria de la Hermandad —Iran’s Armed Forces Urge Egyptian Army to Accept Results of Presidential Election–. Su ejército se dirigía al ejército egipcio directamente, instando «a todos los efectivos de las Fuerzas Armadas egipcias a celebrar esta divina bendición con los brazos abiertos e interpretar su papel eficaz y compartir la creación de una unidad y la construcción del futuro Egipto basada en cimientos islámicos, la independencia y la libertad».

Morsi negaba–Egypt’s Morsi: Iranian news agency made up interview— la entrevista de Fars poco después, y no refutada abiertamente el apoyo a las posturas de Irán. El Christian Science Monitor destaca «el circo político» y el cruce de intervenciones, preguntándose si Morsi ajusta a propósito «el contenido de su intervención en función de la audiencia» —The political circus and spin after Muslom Brotherhood’s Egypt presidential win–.

En su discurso de victoria, aunque dijo que no va a atacar a Israel directamente, prometía impulsar el tema palestino con el Estado judío. Esto significa sin duda más influencia —U.S. says Egypt’s Brotherhood has reassured its support for peace with Israel— y apoyo a Hamas —Hamas Celebrates Muslim Brotherhood Victory–, la facción palestina aliada de —HAMAS reaffirms ties to the Muslim Brotherhood–, y defendida por —Hamas’ Parent Comes to America–, la Hermandad Musulmana.

La Gaza de Hamas estallaba de celebración —Hamas welcomes Muslim Brotherhood in Egypt— ante la noticia de la victoria de Morsi. «Veremos Egipto jugar un papel importantísimo y relevante, un papel histórico, en lo referente a la causa palestina, ayudar a la nación palestina a liberarse, a volver a casa, y a acabar por completo el sitio de Gaza», afirmaba Ismail Haniyeh, responsable del ejecutivo de Hamas —Hamas: Morsi victory in Egypt will help Palestinian cause–.

Hezbolá también felicitaba a la Hermandad, mostrando sus esperanzas en un papel egipcio más importante «en la defensa de la causa de la nación y el futuro y el destino de la región» —Hezbollah: Egypt’s Elections Step to Achieve Revolution Goals–.

En Estados Unidos, el Consejo de Relaciones Americano-Islámicas (CAIR) elogiaba la victoria. «Felicitamos al pueblo egipcio y a su nuevo presidente en este gran logro de la lucha de Egipto por la libertad», decía el responsable ejecutivo nacional de CAIR, Nihad Awad, en un comentario de Facebook. Otros líderes de CAIR celebraban al régimen islámico y su capacidad de liberar a Egipto de los intereses estadounidenses.

«Preparémonos para los planes regionales y occidentales de minar al presidente electo Morsi. Hemos visto este guión antes», decía el responsable de CAIR en Michigan Dawud Walid. «Mientras nos preocupamos tanto por la forma en que Morsi gobierna Egipto, perdemos derechos democráticos en América».

«Estimada América: contempla y mira al mundo árabe morir por la libertad de los satélites imperialistas estadounidenses (colonialistas)», decía Lamis Deek, integrante de la junta de CAIR-Nueva York. «Democracia árabe = manos del gobierno estadounidense», afirmaba, antes de comparar la revolución egipcia con «la sangre todavía caliente de Palestina».

La administración Obama felicitaba a Egipto —White House ‘Congratulates’ Morsi on Winning Egyptian Presidential Election— por sus comicios democráticos, mientras anunciadas sus expectativas para el nuevo régimen. «Estamos convencidos de que es esencial para el Gobierno egipcio seguir interpretando el papel de Egipto como pilar de la paz regional, la seguridad y la estabilidad», decía el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney, añadiendo que Estados Unidos está convencido «de la importancia de respetar valores universales» y respetar los derechos de todos los ciudadanos, minorías y mujeres en particular.

La respuesta oficial de Israel fue cálida aunque cauta. «Israel aprecia el proceso democrático de Egipto y respeta el resultado de las presidenciales», reza la declaración del gabinete del primer ministro Benjamin Netanyahu —Israel Ministry of Foreing Affairs: PMO statement on Egyptian presidential elections–. «Israel continuará la cooperación con el gobierno egipcio fundamentada en el tratado de paz entre los dos países, que es un interés conjunto de ambas poblaciones y que contribuye a la estabilidad regional».

Pero otros diplomáticos israelíes tienen una perspectiva más negativa.

El ex embajador israelí en Egipto Zvi Mazel decía que espera «una congelación gradual del acuerdo de paz» —Election of islamist as Egyptian president raises concerns in Israel— y menos espacio para que Israel opere en Gaza para combatir el terrorismo palestino.

En cualquier caso, la victoria de la Hermandad es mala para Israel y para Occidente, escribe Barry Rubin. Los medios convencionales de izquierdas de América y la élite política han ignorado la retórica franca del colectivo, prefiriendo escuchar declaraciones moderadas incluso acompañadas de comentarios internos fundamentalistas.

«Ignoran el hecho documentado de que al-Mursi hizo campaña a cuenta del odio América, transformando de forma fundamental Egipto en un estado de ley islámica, abriendo un conflicto con Israel y propagando la revolución por toda la región», afirma una columna del GLORIA Center —Egypt: A Muslim Brotherhood President Does Not Prove That We Are All ‘Chimps’–. «»Es hora de empezar a pensar en los intereses estadounidenses».

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Autor

Antonio Chinchetru

Licenciado en Periodismo y tiene la acreditación de suficiencia investigadora (actual DEA) en Sociología y Opinión Pública

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