Graciano Palomo sienta cátedra en Periodista Digital a la hora de hablar sobre Mariano Rajoy, lo que puede estar pensando en estos momentos en los que la crisis muestra su cara más amarga con España y en las soluciones en las que el gallego puede estar pensando de cara a los próximos meses, entre ellas las de un cambio en varias de las caras del actual Ejecutivo.
OBSESIÓN POR SALVAR A ESPAÑA
«Lo que tiene en la cabeza [Rajoy] es esa obsesión, que se ha convertido en él, de salvar a España. Salvar a España, ¿de quién? ¿De los sarracenos, de los moros, de los musulmanes? Hoy se cumplen 800 años de las Navas de Tolosa… No. Salvar a España de sí misma. Salvar a España de la quiebra. El ser primer ministro en España, como en cualquier otro país, donde reside el poder Ejecutivo es sin duda el mejor sitio. Y parodiando ese anuncio de productos femeninos, están en el mejor sitio en el peor momento.
[Cuando Rajoy anuncia las medias en el Congreso] «Llevaba seis meses tratando de decir al pueblo español lo que había, y no lo había dicho. Y llega un momento en el que el ser humano necesita cuando tienes una pena ahogarla con tu mujer, tu marido, un hermano un amigo. Él la ahora con el pueblo español, que es en definitiva al que le va a decir que le va a putear. Es decir, ‘no tengo más remedio que putearos’. Y eso en un presidente en ejercicio es terrible».
«Además, en lugar del clásico ‘sangre, sudor y lágrimas’ les dice ‘sacrificio, sacrificio, sacrificio, vivir peor’. Justamente todo lo contrario. Lo reconoce en la tribuna de oradores: ‘es verdad que yo les dije que les iba a bajar los impuestos, y se los estoy subiendo’. Esto no es fácil encontrarlo. Creo que fue, sinceramente, la mejor intervención que jamás le he oído en treinta años de carrera política. Era en un momento determinado en el que un dirigente tiene que mirar a los ojos. Y él sabía que le iban a incendiar la calle. Pero era eso o que vengan los hombres de negro. No hay otra».
MANIFESTACIONES POR LOS RECORTES
«[Las manifestaciones] al final no sirven para nada. La única manera que tienen de derribar al primer ministro es que vengan los hombres de negro. Si vienen, al día siguiente Rajoy presentará su dimisión, luego convocará elecciones y ganará o no ganará. La gente entiende esto [las medidas], protesta pero lo entiende».
«Este país tiene una maldición, y es sus dirigentes. Desde Isabel y Fernando. Es una maldición. Si tú observas bien, en 1808 cuando llegan aquí los franceses, al pueblo lo dejó vendido el Rey, la nobleza, el ejército, los ricos… Tiene una maldición. Lo mejor es el pueblo, que ahora se manifiesta, con toda la razón. Dicho eso, que haya 20 manifestaciones no significa que el agujero que tiene el país como nación se llene. Ahora, que por lo menos es un derecho al pataleo y se echa por ahí la bilis, pues bienvenido sea».
IGNORANCIA DE LA SITUACIÓN QUE HEREDABA RAJOY
«Mariano no tenía ni puta idea de lo que había. La propia Comisión Europea ha descubierto que había tres puntos más de déficit. A Mariano Rajoy, el Gobierno le dijo que había nada más que seis puntos de déficit y tú te fías de quien tiene el poder. Con eso, tú te poner el objetivo de bajar al 3% en tres o cuatro años, pero claro, te encuentras que hay un 8,5% que, en realidad, es un 9% porque hay un 0,5% encubierto».
«Lo que está claro es que a Rajoy hay que exigirle al máximo y si no lo hace bien, hay que echarlo. A mí lo que me interesa es mi país. De todas maneras, creo que el gran culpable de todo esto no es Rajoy».
«Un primer ministro que tiene que afrontar la gobernabilidad de un país, con 30.000 millones de intereses de la deuda, que fue lo que había que pagar cuando el gana, el 20 de noviembre, no tiene nada que hacer. Pero si es que la recaudación de todo el IVA son 25.000 millones y los intereses de la deuda son 30.000. ¿De qué coño estamos hablando?».
MONTORO Y GUINDOS, TOCADOS Y QUEMADOS
«Básicamente, el marianismo divide el poder en dos áreas fundamentales. Una de ellas es el Gobierno, que controla la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría y el área de partido, que lo entrega en la manos de María Dolores de Cospedal. Luego entrega la gestión, en un momento de mucha gravedad, a dos personas, uno que no es militante del Partido Popular, que es Luis de Guindos, para que controle los mercados y que dé una imagen bondadosa de las reformas y ninguna de las dos cosas le está funcionando. Y luego entrega el control y el orden de la cifras a un hacendista, que es Cristóbal Montoro, una persona veterana dentro del proyecto político del PP. Los dos, De Guindos y Montoro, están tocados y quemados. Salvo que ocurra algo extraordinario, el presidente del Gobierno, a final de año, busque nombres frescos en la decisiva área del comer».
«Creo que nos pueden intervenir, soy realista, sinceramente. No tengo acceso a las cuentas, pero veo lo que hay, la actividad económica de mi alrededor. Soy un hijo de la Transición y a la muerte del General Franco tenía 25.000 millones de dólares en la reserva del Banco de España. Ahora no es que haya 25.000 millones de euros, es que hay 300.000 millones de euros de deuda y ese es el problema que nos lastra. Puede pasar cualquier cosa, entre ellas la intervención».
ARENAS EN EL GOBIERNO
«A Arenas lo veo en el Gobierno y además veo bueno que se incorporase Arenas porque emite muchos mensajes, es un político neto y nato y creo que el presidente lo quiere a su lado».
PULSO AUTONÓMICO
«Considero que tanto Monago como Juan Vicente Herrera le están echando un pulso a Rajoy. Ellos quieren lavarse la cara en sus respectivas comunidades autónomas, pero gran parte de lo que están pidiendo los mercados es acabar con el sistema de las autonomías. Esta crisis va a terminar por refundar el Estado porque no hay salida. Creíamos que Europa existía y en verdad no existe».
JULIO SOMOANO
«No podemos convertir el país en un soviet. Somoano es un chico que tiene 35 años y supongo que en las mazmorras del franquismo no habrá estado sobre todo porque Franco hace 40 años que murió. Somoano ha sido elegido como jefe de los servicios informativos de TVE por tres razones: porque es de casa, porque es una nueva generación y porque tiene experiencia en medios audiovisuales. Sería, porque viene de mano de la vicepresidenta, un sorayo, pero que no milita en política. Lo que en mi vida he visto es hacer un referéndum de una cosa que no existe, en este caso sobre Somoano. Que yo sepa, aún no ha presentado nada. Si hay que criticarle y lo hace mal o sectariamente o gobierna los telediarios de la televisión pública como su predio particular, entonces vendré aquí y diré que es un capullo».