Mariano Rajoy cumple siete meses al frente de la compleja maquinaria de La Moncloa, un sistema que aún necesita de más engrase porque el Gobierno no termina de arrancar, sobre todo a la hora de poner en marcha sus promesas económicas. La subida de impuestos y los recortes están ahogando al Ejecutivo popular, pero aún hay tiempo (poco) para salir de la crisis. Eso es lo que consideran los analistas políticos Ramón Pi y Alberto Pertejo.
RECORTES
Alberto Pertejo:
«Hubiese hecho los recortes de manera diferente, creo que están mal enfocados. Habría que haberse metido más en la propia grasa del Estado, sobre todo a nivel autonómico. Hay muchas empresas pública que prácticamente son inservibles, con servicios duplicados, triplicados, diputaciones y ayuntamientos que son demasiado pequeños para ejercer sus funciones, cuestiones que están haciendo las comunidades autónomas que les obligan a pedir un rescate. Sin embargo, Rajoy no ha decidido ir por esa vía y eso le está costando un descenso de ocho puntos. Creo que en septiembre o a mediados de agosto debería de reflexionar y tomarse muy en serio la política económica que está llevando a cabo porque Europa o Alemania le acaba de dar el segundo aviso como a los toreros y como no reaccione llegará el tercero y, por tanto la intervención. Si no le pone remedio, en octubre España estará intervenida».
Ramón Pi:
«Lo que me cuesta trabajo creer es cómo es posible que Rajoy sólo se enterase del estado ruinoso en el que se encontraban las cuentas públicas después de haber visto, de verdad, lo que había tras ese traposa de poderes que él definió como modélico. ¡Pues menos mal que era modélico! O era muy torpe y no vio la que se le venía encima o estaba muy ciego y no quiso verlo, precisamente, por los consejos de sus asesores, que le decían que se estuviese quieto, que ganase las elecciones, que el elector oyese que se le iba a bajar los impuestos y luego, ya en el poder, se le explicaría a los ciudadanos por qué había que subirlos. Seguro y tengo la vehemente sospecha de que Rajoy recibió este tipo de consejos y que no tenía que comprometerse en nada, salvo en materia económica, y esperar al desgaste de Zapatero. O la crisis le viene grande o sigue prestando oídos a consejeros que le equivocan mucho».
SUBIDA DE IMPUESTOS
Ramón Pi:
«Rajoy decía, subir los impuestos, significa más paro, menos actividad económica y empobrecimiento. ¡Caramba, con lo bien que lo explicó usted y como alguien en Europa le ha obligado a cerrarse casi todas las puertas de la recuperación económica de forma temprana! Aquí, de momento, nadie se ha preguntado por qué ha sido esto así, sino que se han limitado a obedecer».
Alberto Pertejo:
«Está claro que a Rajoy alguien le ha ido soplando todas estas cuestiones porque, de lo contrario, sería un mentiroso compulsivo. Desde luego, si alguien ha empujado al Gobierno a emprender esas medidas de subida de impuestos, Rajoy debería de haberlo acompañado de una serie de gestos fácilmente comprensibles por la ciudadanía. Por ejemplo, nos estamos gastando 1.200 millones de euros en coches oficiales o las 53 ‘embajadas’ que aún mantienen abiertas autonomías gobernadas por el PP y que deberían de cerrarse. Ahí se podía meter tijera. Sin embargo, no se ha hecho y me quedo perplejo».
¿SUSTITUCIÓN DE MONTORO Y DE GUINDOS?
Ramón Pi:
«¿Con objeto de qué? ¿De meter a otros dos en el horno crematorio? Lo que mete en el horno crematorio a Montoro y a De Guindos es la situación. Los que ahora están ahí, saben que entran en el horno crematorio. Tanto Luis de Guindos como Cristóbal Montoro, para anunciar que han tenido que subir los impuestos, han tenido que sobreponerse a muy serias convicciones suyas. ¿De qué se trataría? ¿De poner a un entusiasta de la subida de los impuestos? Si ni De Guindos ni Montoro eran partidarios de subir los impuestos y al final han tenido que hacerlo, imagínense poner a un entusiasta, habría sido mucho peor».
Alberto Pertejo:
«Nunca he creído que las crisis de Gobierno se resuelvan con un relevo ministerial porque al final ese incendio afecta también al jefe del Ejecutivo. Eso sirve para distraer, pero nada más. Aquí el grave problema es que faltan medios y pongo un ejemplo; con el pavoroso incendio de Cataluña faltan medios para combatirlo, pero en cambio hay seis cadenas autonómicas para retransmitirlo en directo. Aquí lo que tenemos que convencernos todos, Alemania o los gurús que están próximos a Rajoy es que esto no es un mal de deuda, sino un mal sistémico, algo de mucha enjundia. Tanto en época de crisis como de no crisis, no se puede mantener a policías a 1.500 euros y luego tener embajadas autonómicas en el extranjero».