Hoy los epítetos y las descalificaciones las guardan para Mayor Oreja, Alejo Vidal-Quadras, e incluso para los portavoces de las asociaciones de víctimas
A nadie se le escapa que las noticias de estos días sobre excarcelaciones de presos, o el anunciado plan para reinsertar a etarras fugados, no son el fruto de la estricta aplicación del programa electoral del Partido Popular en materia antiterrorista.
Al igual que con el IVA, o la subida del IRPF, el PP rectifica radicalmente su programa y se pliega ahora a la senda marcada por el Ejecutivo anterior, al que -por las mismas acciones que ahora el Ministerio de Interior está emprendiendo- llegaron a calificar de traidor.
Como subraya ‘La Gaceta’, este novedoso rumbo de cesión tampoco obedece a las declaraciones y discursos que la mayoría de los dirigentes populares pronunciaba cuando estaban en la oposición, en esos tiempos en los que se apresuraban a sacarse fotos con las víctimas, o a colocarse en la cabecera de las gigantescas manifestaciones contra el llamado plan de paz de Zapatero.
Y, por supuesto, a manejar todo tipo de epítetos contra el entonces presidente, o Rubalcaba, o todo aquel responsable que cuando se excarcelaba a un terrorista afirmaba estar simplemente «aplicando la ley».
Hoy los epítetos y las descalificaciones las guardan para Mayor Oreja, Alejo Vidal-Quadras, e incluso para los portavoces de las asociaciones de víctimas.
No es extraño que el propio Vidal-Quadras advierta de la grave fractura que se está produciendo entre el Gobierno de Mariano Rajoy y el electorado al que le debe La Moncloa.
Y si a nadie se le escapa todo esto, menos aún a Jaime Mayor Oreja, que denuncia ahora lo equivocado de un camino que sólo favorece al proyecto etarra para el País Vasco.
Advierte el que fuera ministro de Interior con Aznar que la actual política penitenciaria -que es todo un compromiso con el proceso de paz- está dando alas a los terroristas, y una desconocida ilusión a todo su entorno, que ven más cerca que nunca la posibilidad de acceder al Gobierno autonómico, de la misma forma que ya han conquistado otras parcelas de poder institucional.
La impunidad con que Amaiur y Bildu asumen el proyecto terrorista para la comunidad autónoma vasca hace muy creíble este nuevo aviso de Jaime Mayor, alguien que por desgracia suele acertar en sus previsiones sobre las estrategias abertzales, porque conoce bien la hoja de ruta que ETA hace tiempo ha diseñado para el territorio.
Puede que la sucesión de necedades, traiciones y errores, añadan a la ya problemática situación de España un escenario aún más pavoroso: el de una comunidad autónoma gobernada por una alianza totalitaria y separatista, que plantee una ruptura utilizando los mecanismos que el propio Estado ha cedido a los Gobiernos locales.
En los primeros meses se repetía mucho que el principal defecto de este Gobierno era la comunicación, pero ahora, al lado del incumplimiento casi sistemático de todo su programa, las ineficiencias de comunicación parecen algo muy anecdótico.
El PP, por la naturaleza de su apoyo electoral, de sus bases, incluso de sus dirigentes, no puede aplicar una política antiterrorista que le lleve al enfrentamiento con las víctimas, que ahora incluso están considerando ponerse en huelga de hambre para ver si así reciben la atención del Ejecutivo.
El PP, en fin, en este tema no puede seguir por un camino que según el mismísimo Mayor Oreja está beneficiando el proyecto político de ETA.