A José Blanco, ex ministro de Fomento, político en serio peligro de extinción, le ha propuesto el fiscal del Supremo para un nuevo cargo: Director General de Tráfico de Influencias.
Sería honorífico, no remunerado, por supuesto, pero de mucha importancia para evitar en el futuro imprudencias temerarias en coches oficiales por los inescrutables caminos del poder establecido. Igual sale de la «Operación Campeón» como un «pepe», y nunca mejor dicho.
Pero, en el peor de los casos, puede convertirse en la réplica española de Stevie Wonder transmitiéndole al personal un mensaje que puede calar hondo en la opinión pública: «si influyes, no conduzcas Ministerios»
Es la leche la epidemia de ex que se ha extendido por la España, mediática, oye. Coges un periódico, sintonizas una emisora de radio, te sientas frente a un televisor, y se te aparecen más fantasmas del pasado lejano y cercano que a Anne Germain en Tele 5.
El último susto nos lo ha dado José Antonio Segurado, al que ha invocado Rosell para que regrese del más allá y se nos aparezca al frente de la CEIM, la Confederación de Empresarios de Madrid donde últimamente se ve todo «en negro».
Exorcismos en la calle Génova
Pero es que aparecen ex por todas partes, coño. Como aparecían zombis debajo de las piedras en el inmortal Thriller de Michael Jackson. Solo que, estos muertos vivientes, por lo menos no acojonan a la gente corriente, the ordinary people, sino a los dioses de los Olimpos. Mariano, por ejemplo, sigue temblando desde que su ex tesorero Bárcenas salió de su tumba mediática.
Ha intentado hacerle exorcismos con Floriano, con González Pons, con ese chico tan voluntarista él, Alfonso Alonso, pero en Génova, 13 sigue haciendo mucho frío y permanece un penetrante olor a azufre. Pasa María Dolores de Cospedal ahuyentando con ajos a Experanza Aguirre y, oye, de verdad, se le nota más negra por dentro que a la célebre choferisa de Cela por fuera, ¿recuerdas? en aquel último viaje a La Alcarria manchega.
Y luego está Ana Mato, qué quieres que te diga. La pobre mujer, poseída por el espítu maligno de su ex Sepúlveda, se parece cada día menos a una ministra y cada día más a la niña del exorcista.
Blanco le da yu yu a Rubalcaba y Valenciano
Yo creía que los ex eran material exclusivo de la prensa del corazón. Pero se han instalado de okupas en la prensa generalista. El ex Vicesecretario de Organización del PSOE, mi paisano Blanco (citado más arriba), tiene negros a Rubalcaba y Valenciano. Les da tanto yu yu, tan mal rollito, que ni siquiera acudieron al entierro del padre de señor ex ministro, ¡lagarto, lagarto!, no fuera a ser el diablo de que les inmortalizasen juntos en una fotografía.
Y el ex Gobernador del Banco de España, MAFO retourn, se les aparece por las noches a los Botines, a los González, a los Fainés, haciendo vudú preventivo con alfileres que atraviesan al muñeco roto de Rodrigo Rato, el ex más versátil de la reciente historia de España: ex Ministro de Economía, ex Presidente del FMI, ex Presidente de Bankia y ex tapado a candidato a la Presidencia del Gobierno.
¡Oh, si MAFO tirase de papeles, de dossiers, quizá de grabaciones de esas que podrían no dejar piedra sobre piedra de la España financiera de charanga y pandereta! Dicen que el fantasma de MAFO, cuando se cansa de darles sustos a los banqueros, uuuuh, se desliza por los corredores de Ferraz arrastrando sus cadenas.
El milagro de Andorra
Y bueno, la ex de Jordi Pujol junior, que de plató en plató va, como la falsa moneda de la copla (según insinuaba un artículo titulado «la ex» de Pilar Rahola»), mantiene en vilo al ex Honorable President, su honorable ex primera dama de Cataluña y su honorable descendencia.
A falta de confirmar si la palabra honorable tiene el mismo significado en catalán que en castellano, a mí me ocurre todo lo contrario que a Pilar Rahola. A ella le preocupa la integridad política de los Pujol, los Mas, los convergentes y la soberanía de Cataluña. A un servidor, en cambio, le preocupa la integridad física y psíquica de María Victoria Álvarez, esa chica que por lo visto contempló en Andorra un milagro de los panes y los billetes de 500 euros.
El dilema ahora es a quién creemos, quién está escribiendo y dictando la actual historia de España: ¿los que están en los distintos y distantes puentes de mando o los ex que ya han sido expulsados de sus respectivos paraísos?
Una legión de políticos, financieros, empresarios, novias, tesoreros caídos, como los ángeles ídem de la historia sagrada, pueden acabar convirtiendo este país en un infierno. Y eso que todavía no han ingresado formalmente en el club un posible ex Duque de Palma, una posible ex ministra y una posible ex Infanta. A este paso, vamos a tener que cambiarle el nombre a este país asediado por los expedientes X. ¿Expaña capital…? Madrid.