Los miembros del Gobierno se esconden en los reservados, entran por los garajes, se ocultan de las miradas en el asiento de atrás del coche oficial y le tienen pavor a la calle
El artículo es de Lucía Méndez, aparece en el diario ‘El Mundo’ este 23 de febrero de 2013 y lleve un título que resume perfectamente el agitado panorma político español: «El PP tiene un líder, España no«.
Arranca Lucía Méndez reseñando algo que cualquier periodista con un par de contactos en Madrid habrá comprobado hasta la saciedad en las últimas horas, porque el equipo de comunicación de La Moncloa no se ha cansado de transmitirlo por SMS, Whatsapp y correos electrónicos.
El entorno de Rajoy está exultante, porque el presidente le ganó con holgura el debate parlamentario a Rubalcaba, como han certificado encuestas y tertulianos, y los populares creen que el Gobierno recupera la inicitiva política, que el embollo de la ministra Ana Mato esta ‘amortizado‘ y que ‘lo de Bárcenas’ se extinguira pronto.
Craso error, como subraya Lucía Méndez:
«Rajoy le ganó a Rubalcaba, pero no puede conseguir que sus ministros vayan a comer a un restaurante a la vista de todo el mundo».
«Los miembros del Gobierno se esconden en los reservados, entran por los garajes, se ocultan de las miradas en el asiento de atrás del coche oficial y le tienen pavor a la calle».
Mariano Rajoy rechazó solemne desde la tribuna, sin pronunciar jamás en dos días la palabra ‘Bárcenas‘ que España sea un país corrupto, pero la inmensa mayoría de los españoles está convencida de que la corrupción es éndémica y reclaman una regeneración que, de momento, el Gobierno popular no está en condiciones de ofrecerles.
«Rajoy le ganó el debate a Rubalcaba y el PP está contento porque se ha reconciliado con su líder, a quien se veía tambaleante. Pero el líder del PSOE tenía razón: ‘en España ha reaparecido la pobreza’ sin que el Gobierno haya sido capaz de evitarlo. Y, si, hay demasiada gente buscando comida en los contenedores».
«Rajoy le ganó el debate a Rubalcaba, pero está decepcionando a muchos de los que creyeron en él al no decir lo que todo el mundo piensa: Bárcenas es un auténtico sinvergüenza. Liderar consiste, entre otras cosas, en saber identificar el sentimiento de un país».
«El presidente del Gobierno ha renunciado a ese liderazgo y Rubalcaba nunca lo conseguirá. No por su discurso, sino por su lenguaje corporal. Fíjense en el. Lo dice todo».