La afortunada heredera, Soraya Sáenz de Santamaría y no Cospedal, aunque hay otros miembros del Gobierno: Miguel Arias Cañete no está interesado
«Los planes de Rajoy son elaborar una lista con gente nueva, que rompa los estereotipos de Bárcenas o del expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa. El presidente estaría dispuesto a marcharse y ceder el testigo a otro candidato capaz de ilusionar al electorado, consciente de que el desgaste del caso Bárcenas y los ajustes que está condenado a aplicar para salir de la crisis son una losa difícil de levantar. Por eso, quizá, insiste en que concluirá las reformas emprendidas, aunque sea a su manera, es decir, al ralentí», escribe Amador G. Ayora, director de El Economista en la sección de Opinión del diario en papel de este sábado 17 agosto 2013.
Y añade:
«Hasta el momento, no hay pruebas contundentes contra Rajoy, pero el ruido de sables y los trapos sucios aireados por sus dirigentes dinamitan la credibilidad del PP, al igual que ocurrió con el PSOE por culpa de Zapatero. Rajoy es consciente del terrible desgaste, según fuentes internas, hasta el punto de que su primera reacción fue amagar con la dimisión para dar paso a una nueva etapa. La afortunada heredera era Soraya Sáenz de Santamaría y no Cospedal. La vicepresidenta es vista como la alternativa natural, porque está exenta de todo tipo de sospechas de corrupción.
Y concluye:
Hay otros miembros del Gobierno, como la ministra de Empleo, Fátima Báñez, o el jefe de la Oficina Económica de Moncloa, Álvaro Nadal, que están también limpios. Báñez saca malas notas en los sondeos de opinión, debido a la impopularidad de sus medidas, y Nadal es desconocido entre el gran público. El ministro con mayor aceptación, Miguel Arias Cañete, de Agricultura, no está interesado en liderar una iniciativa así.»