Tiempo al tiempo, pero… de cumplirse las especulaciones que rodean a algunos ex ministros de la etapa de Zapatero, no faltará quien les compare con las ratas que abandonan el barco que se hunde: ¡Sálvese quien pueda!
La observación, sin duda, podría dirigirse a José Blanco, quien cada día que pasa parece más decidido a ir en las listas electorales al Parlamento Europeo, tal y como advertí semanas atrás en ‘El Semanal Digital’.
Pero la analogía quizás pueda aplicarse a otros socialistas con ganas de lograr acomodo en Bruselas y que tuvieron las máximas responsabilidades en la anterior legislatura.
Ferraz no se va a dar demasiada prisa en abordar oficialmente la elaboración de la candidatura. Eso aseguran quienes se ocupan de estas cosas. Pero ya se producen movimientos. Lógico. Los nervios, especulaciones e inquietudes son en el PSOE el pan nuestro de cada día.
Los todavía parlamentarios y ex ministros Jesús Caldera, Trinidad Jiménez o Ramón Jáuregui están -como Blanco- en boca de muchos compañeros como posibles beneficiarios del cambio de destino. Y evidentemente lo harían en puestos de salida.
De cumplirse estos pronósticos, tendrían que renunciar a su escaño en el Congreso. Lo que llevaría a que las listas corriesen y entrasen nuevos aires en el Grupo Socialista.
El veterano Jáuregui, además de ser amigo íntimo de Alfredo Pérez Rubalcaba, es considerado por los socialistas uno de sus diputados más valiosos. Sin embargo, no le haría ascos a la lista a las europeas, incluso encabezándola.
Ramón Jáuregui ya fue de «número dos» en la anterior candidatura detrás de Juan Fernando López Aguilar. Entonces lamentó el viaje por lo que suponía de perder el contacto directo con la política nacional.
De hecho, se lo pensó una temporada. Hasta pidió consejo a Joaquín Almunia. Aunque, al final, no tuvo más remedio que aceptar el reto-orden de su partido Ahora, las cosas son distintas y «a nadie le amarga un dulce», señalan fuentes del PSOE a El Semanal Digital.
También Caldera estaría «encantado de haberse conocido» sumándose a la fuga. 
La liquidación de la Fundación Ideas, salpicada por el escándalo de los pagos millonarios a la falsa analista Amy Martin, mujer del director del centro, Carlos Mulas, ha dejado al ex ministro sin «juguete» con el que enredar. La entidad, en cualquier caso, arrastraba serios problemas económicos, comprensibles viendo la manga ancha con que se hacían sus desembolsos.
El «cerrojazo» de Ideas abre a Jesús Caldera de par en par la puerta de Europa.
Suma y sigue… a otro antiguo miembro de los Gabinetes de Zapatero, la que llegó a ser titular de Exteriores, Trinidad Jiménez, tampoco le importaría ahora que está en situación de recién casada buscar apartamento en Bruselas.
Cierto: todos ellos se marcharían en un momento especialmente delicado para su partido.
El liderazgo de Rubalcaba está muy cuestionado, y la vida, cuando se pernocta en los fríos cuarteles de invierno de la oposición, no da más que para penurias. Además, las peticiones de renovación de caras y de estrategia son el único «manjar» que llevarse a la boca cada día.
Inevitable que todo ello planee como objeto del deseo para que los ex ministros hagan la maleta y emigren al centro de Europa por primavera.
Lo que permitiría también a Alfredo Pérez Rubalcaba presentar la inclusión de tantos ex ministros como su voluntad de armar una candidatura potente para vencer al PP y acabar con la maldición que desde 2008 impide a sus siglas el triunfo. Amén de traslucir que está dando los pasos necesarios para el cambio de caras que se pide al PSOE.
Al final, como casi siempre en la política, todos salen ganando.
