Desde ese día en que Jaime García Legaz le abrió las puertas de Faes hasta ese otro en el que un alto cargo de la Comunidad de Madrid alertado por un conocido, puso sobre aviso a los equipos de la vicepresidenta del Gobierno y de la Zarzuela, la vida del avispado Francisco Nicolás ha sido la de un bon vivant decidido a conseguir el papel protagonista saltándose todos los casting; la de un Maxwell Smart al que todas las puertas se le abrían al paso; la de Marvin Gaye cantando aquello de «ain´t no mountain high enought».
Con su aventura, que no ha sido otra que la de prestarnos un gran servicio demostrándonos hasta dónde llega la fuerza de un halago a tiempo y la fragilidad de los cordones sanitarios de cartón piedra de los que a menudo se rodea la cúpula de la pirámide social, empresarial y política de este país, el pequeño gran Nicolás, zar de todas las redes sociales, ha puesto en valor a todos los ni-nis de este país que ni se cortan ni tienen reparos en buscar atajos para conseguir viajar en coche oficial.
Me imagino que ahora, este joven emprendedor, al que podríamos situar a medio camino entre el canapero de toda la vida, el superhéroe de talonario y el aprendiz de mafiosete estará encantado sabiendo que sus andanzas tienen movilizadas a las fuerzas vivas empeñadas en saber el quién y el cómo. La historia, desde luego, promete: un chalet en el Viso, propiedad de un príncipe sin trono, que alguien pagaba; un besamanos al que alguien le facilitó la entrada; mesas electorales y presidenciales en las que alguien le prestó la silla y uno o varios «álguienes» que le han ido apadrinando en el sentido más fílmico de la palabra.
Algún día, a no mucho tardar, sabremos quién estaba detrás de Paco Nico… o eso espero, porque la historia de Francisco Nicolás, para estar completa, lejos de acabar con el diagnóstico de «florida ideación de tipo megalomaníaco» que es lo que ha firmado el que debe ser el forense más cursi que ha dado la psiquiatría mundial, se merece tener detrás lo que se intuye, que es bastante más que lo que se ve.
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