Desde que me fui con el Ere con viento fresco, apenas veo la televisión (en casa del herrero, cuchillo de palo) y menos TVE donde estuve casi cuarenta años. A lo más, un zaping de vez en cuando.
Y es, mire usted, un horror, en calidad y contenidos. La información parece que la dirigen PSOE e IU en comandita. ¿Pero no manda el PP, que es un partido sectario y manipulador, según la izquierda?
Pues, oiga, no. Socialistas y comunistas -desde los tiempos de UCD- siempre se plantearon y ostentaron el control de la TV pública. Y así fue. Doy fe de ello. Lo viví en mis carnes y huesos.
Tan es así que, según me cuentan algunas gargantas profundas de la Casa, los anti peperos, mogollón en la práctica del sectarismo, incluso hacen huelgas o sentadas permanentes ante la puerta del despacho del director general -ahora no sé si se llama presidente del Ente, perdón por el pareado-, que ejerce ese buen profesional que es José Antonio Sánchez pero que llegó tarde o le llamaron con retardo los gestores encargados de RTVE.
Sánchez incluso trató de incorporar a su equipo al ex gerente y gran economista Manuel Esteve, también jubilado y uno de los baluartes de Radio Televisión Española, la buena. Porque los pecados hay que repartirlos entre los nombramientos que Génova hizo.
Descolla un panoli proveniente de Tele-Madrid, un tal Somoano, que dicen que es jefe o anti jefe de los Informativos. En esos zaping vi una especie de juicio sumarísimo a Rodolfo Martín Villa y éste defendiéndose ante el gran hermano de Torrespaña.
Asimismo, un reportaje sobre «La Pasionaria» expandiendo las lindezas del Partido Comunista congraciándose -los autores, deduzco- con la troupe de Podemos, Queremos y Aplaudimos (se pasan los mítines con palmas de tango). Y qué decir del histórico programa «Parlamento», que durante tantos años dirigí y con gran aceptación de audiencia. Bazofia pura.
Qué digo bazofia, incompetencia. Hasta que el PSOE se me tiró al cuello por escribir en un periódico de provincias (jamás en TVE, ¡por favor!) el irónico apelativo de «Morritos Jagger» a Leyre Pajín, la más inculta de las incultas. Fui perseguido, muerto y sepultado.
Con la aquiescencia del entonces director de RTVE, propuesto por el PP, con apellido de escudería italiana, el saltimbanquis de partido a partido, como el Atléti, equipo de su credo, en grado propio, botarate y saltarín. (Tan solo se solidarizaron conmigo los diputados Martínez Pujalte, PP, y Josep Maldonado, CiU. En este sentido, el compañero Manuel Antonio Rico exclamó por las ondas radiofónicas: «¡Es la mayor vergüenza que he sentido en cabeza ajena en nuestra profesión!»
El PP, recordemos, fichó a dos «grandes maestras del periodismo o comunicación», joder, como se dice ahora, para impulsar al Partido Popular: una tal Álvarez de Toledo, proveniente de «El Mundo», y Sánchez Vicente, Consuelo, de «Onda Cero». Dos alhajas oxidadas.
Caca de la vaca o del moro muza. No es de extrañar que el canal episcopal y de derechas, la 13 TV, ora pro nobis, abofetee al Partido Popular con la genuflexión del fraile motilón, que ha hecho una buena gestión económica pero que no ha sabido vender ni un pelo y menos un crecepelos. Claro que siempre les queda Arriola…
