Los cambios del PP han sido potentes y en cierta medida revolucionarios

A Mariano Rajoy le quedan los últimos minutos para poder reaccionar

Para muestra, el nombramiento de Javier Maroto que, haciendo uso de la ley de matrimonios entre homosexuales recurrida por su partido ante el Tribunal Constitucional, se casará con su novio.

A Mariano Rajoy le quedan los últimos minutos para poder reaccionar
Moragas, Rajoy y Alonso. PD

El PP parece que reacciona pero lo hace tímidamente, aunque va por delante estas son unas elecciones donde la competencia es potente y se lo juegan todo. No está nada claro quien pueda ganar, y aparte de los riesgos de los partidos está el propio riesgo del futuro de España.

El PSOE se tiró en plancha a por los gobiernos y, como ya hemos dicho en otras ocasiones, esta sí que ha sido una dulce derrota, porque habiendo perdido ha formado más gobiernos que nadie y, sobre el papel, es el que se ha llevado los triunfos.

Puede ser que los pactos con la izquierda radical le pasen factura pero el apoyo de Podemos al PSOE en cantidad de elecciones también le compensará, en gran parte, los votos que pueda perder por estos extraños pactos que corren el riesgo de poner en peligro el sistema democrático y la futura evolución de la economía española.

En el PSOE son unos maestros, y en medio de cantidad de pactos, con grupos de extrema izquierda nacionalistas, grupos anti sistema y nacionalistas de todos los colores e independentistas organizan un acto para dar el pistoletazo de salida a Pedro Sánchez como candidato presidencial poniendo como fondo una gigante bandera española con la corona monárquica; la jugada, sin duda, es buenísima, como siempre son habilidosos y han mezclado un tremendo giro a la izquierda, hacia la independencia incluso y a la vez se envuelven, por primera vez, en la bandera española, una incongruencia y una contradicción de fondo pero una magnifica jugada de marketing.

En este contexto, el PP hace movimientos desde el punto de vista del marketing electoral melifluos, suaves y con poca capacidad para venderlos, y aunque ha hecho un cambio estructural en el partido, bastante potente, una vez más no lo ha sabido vender.

Ha cambiado a todos sus generales, menos a su capitán general que es María Dolores de Cospedal y solo ha dejado a un Javier Arenas como representante de la vieja guardia más bien para aparcarlo y justificar que no lo mete en el gobierno.

Pero conociendo al PP estos cambios han sido potentes y en cierta medida revolucionarios. Para muestra, el nombramiento de Javier Maroto entre estos nuevos generales, antiguo alcalde de Vitoria que, haciendo uso de la ley de matrimonios entre homosexuales recurrida por su partido ante el Tribunal Constitucional, se casará con su novio.

Aquí hay que hacer como con la mujer del César, que no solo se tiene que ser honrado, sino parecerlo, y Rajoy, que va ganando por la mínima para las elecciones generales tiene que demostrar renovación y modernidad, este movimiento ha sido bueno, pero no suficiente. Debe complementarlo con un cambio potente de gobierno que lamentablemente para el PP todo apunta a que no está dispuesto a hacerlo.

No solo esto tiene que hacer, es mucho más potente, si quiere ganar las elecciones debe también demostrar con leyes, actuaciones, compromisos públicos, decretos y todo lo que pueda que están dispuestos a luchar contra la corrupción.

El último punto que les queda y, en este caso parece que les va bien y realmente lo han hecho bien, es reformar la situación económica. Rajoy y el PP cogieron un país económicamente a la deriva y lo han dejado encaminado y sirviendo de ejemplo a países europeos y resto del mundo.

Pero los contrarios venden mejor lo que les interesa y, no se sabe cómo, pero desde luego con mucha habilidad, consiguen resaltar todo lo que de negativo ha tenido el esfuerzo del gobierno en materia económica y tapar así su resultado, han pasado muchos meses donde la evidencia de esas acciones era clara.

No va en el espíritu de Rajoy ni del PP cambiar en exceso el guion pero si no lo hacen difícilmente ganarán y en la medida que lo hagan la victoria les será más fácil. Los últimos meses han sido crónicas de suicidios políticos donde todo el mundo veía que UPyD se tiraba por el precipicio y Rosa Díez y su directiva no quisieron hacer nada y ahora es demasiado tarde, en este caso, son los dirigentes del PP y Mariano Rajoy los que tienen que pensar si les conviene o no hacer un último esfuerzo para cambiar algo que todo el mundo está viendo como necesario.

Carlos Malo de Molina
Presidente de CONSULTORES INTERNACIONALES DE MARKETING POLITICO y de SIGMA DOS INTERNACIONAL

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