La Justicia, si se me permite, depende de qué lado cae la bola. Es como la pelota del set si entró, no entró, o quedó fuera del argot de Juan José Castillo, nada qué ver con mi apellido materno, grandísimo profesional, él, grandísima fue mi santa, que me requirieron para que lo aclarase en «hablar por hablar». Mas a lo que vamos: no me subo a una silla de tenis si no me da la venia la señora artrosis. Me dedico al revés o passing shot desde el sillón ball cuyos nervios se comen con palomitas. En esas que me pongo en plan leguleyo y -en este periodo legislativo, en el que mandan los liberales y conservadores, fachas de la tierra, uníos- observo lo siguiente:
Que el ex ministro López Aguilar, el socialista de habla melosa, imputado por su mujer por maltratos, es absuelto de toda acción y condición. Ya lo fue, pese a ser condenado Jesús Eguiguren, presidente de los socialistas vascos por agredir a su esposa. ¿Alguien se acuerda de aquello? ¿Y si a la inversa hubiera sido algún miembro/a del Partido Popular? Y, siguiendo con la recapitulación, ¿qué se hizo del ático de Pepiño Blanco? ¿Y del «Faisán»? Pues que voló.
El Partido Popular -ya sucedió durante los mandatos de Aznar- ha sido muy generoso con casos que atañen al Partido Socialista y severo con los suyos, lo cual me parece bien. Y encima, le crujen, a los boys de Mariano. Los conservadores se han pasado esta legislatura condenados por las cámaras de los telediarios. Porque otra cosa no sabrá la izquierda pero controlar las tlevisiones, mejor que los controladores aéreos. Mientras, además de los casos antes expuestos, los rivales políticos del PP se han ido de rositas y este cuento no se han acabado. Sin olvidar el detritus del clan Pujol, padre, madre, hijos y espíritu santo que para eso era catalán, el espíritu santo subrayo.
El mayor escándalo de la democracia, miles de millones de las extintas pesetas, fue silenciado por esa ley mordaza que los caciques andaluces copiaron de la Cataluña montaraz y separatista. La imputación de los altos cargos de la Junta se ha ido disolviendo como un azucarillo de aguardiente en el café descafeinado. Hay que ganar hasta que nosotros -o sea, el PSOE- volvamos al poder, Sánchez dixit. Es el mesías. Y entonces, gilipollas de mierda el PP, sabréis lo que es un indulto en toda regla. Rato -se va aclarando después de filmarle como a un gran delincuente, mafioso y defraudador- fue una baza más contra su ex partido por medios propios y ajenos, leña al mono que es de trapo. Y en plena efervescencia electoral.
Qué gran corregidor fue el jerezano Pedro Pacheco quien calificó la Justicia de «cachondeo». Hoy, en cambio, los del cambio y después del cambio, es decir, los cutres y los kulturetas, afirman que acatarán las leyes siempre y cuando ellos las consideren.
Ya lo dijo Diógenes: un rico ignorante es una oveja con vellones de oro.
Y un necio a lo Carmela, ¿haló?, un universitario de la Complutense envuelto en papel rojo de regalo.
No me queda más que decir, apaga y vámonos.
¿Qué hace el Gobierno y la Fiscal del Estado ante la provocación y desacato de los podemitas? Como siempre, el don Tancredo.
