GLOBALIZACIÓN

Corrupción intelectual: de SOS Racismo a Podemos

La lamentable muerte de un vendedor senegalés ha abierto otra vez la polémica sobre la inmigración

Son sin duda parte interesada en la industria del antirracismo

La lamentable muerte de un vendedor senegalés ha abierto otra vez la polémica sobre la inmigración. Pero desde luego no con argumentos racionales.

Los Mossos de Esquadra lo tienen claro y su jefe difunde una versión coherente. Para SOS Racismo la cosa también está clara: ellos ya han juzgado. Se trata de un crimen «racista«.

En su comunicado de prensa resulta evidente: «Consideramos que esta muerte es consecuencia de las políticas racistas, excluyentes, xenófobas y de apartheid que impulsa el gobierno español y la UE» (La etiqueta que está matando a Podemos y la espantada de Pablo Iglesias).

Entre líneas, como ha subrayado desde el inico ‘El Semanal Digital‘, puede leerse que la policía autónoma catalana miente pero, ¿miente SOS Racismo?

La pregunta es: ¿Y por qué no? ¿Por qué hay que creer a SOS Racismo y no a los Mossos?

SOS Racismo vive de decir que existe el racismo, que está por todas partes y ellos necesitan recursos -públicos también- para combatirlo (Podemos, más laicos y ateos que el Padre Apeles pero pasan más el cepillo que en una misa).

Son sin duda parte interesada en la industria del antirracismo.

El truco está en definir las cosas con la vaguedad suficiente como para que todo quepa: si uno cree que España es incapaz de absorber a, pongamos, diez millones de inmigrantes sin transformarse en otra cosa es un racista. Si uno es violento con los extranjeros es el mismo racismo.

Todo es la misma mercancía y los que comercian con ella extienden su mercado. Es lo que se llama ampliar el negocio.

Pero este asunto no es sino un caso más de la podredumbre intelectual a la que ha llegado nuestro país (La detención de un mantero africano termina en tiroteo en Madrid).

A menudo se olvida que la corrupción intelectual es la madre de las que nacen todas las demás corrupciones.

Véase el asunto Podemos. En apenas unos meses este fenómeno mediático y politico se comió el país entero. Hoy es una fuerza electoral con la que hay que contar a pesar de que la prensa oficial dice que se ha desinflado. Pero el problema no es ese.

El problema es vender una mercancía adulterada: la de la «honradez» a toda prueba frente a «la casta».

Nosotros en esta misma columna escribimos un artículo que hoy goza de plena actualidad: «el verdadero significado de Podemos».

Concluíamos que en el fondo es la vieja izquierda de siempre, que ha afinado mejor su puntería mediática. Hoy eso se ve en multitud de pactos con el PSOE, Bildu, ERC y demás partidos al uso.

Podemos pacta con partidos de «la casta» porque no es sino una nueva praxis para prolongar y profundizar la hegemonía de viejas ideas. Errejón acaba de ofrecer un pacto al PSOE de Pedro Sánchez para «desalojar» al PP. Al final todo era eso: como meterse en el ajo.

Por eso Podemos no innova nada. Al final PSOE, PP, Podemos, todos están dispuestos a lo mismo, como ahora sucede en el gobierno balear, donde los chicos de Iglesias han suavizado su discurso en favor de un corrupto de tomo y lomo. ¿Cómo van a decirle a la gente que ellos son mejores que el resto?

Corrupción intelectual al fin y al cabo, que es de lo que hablábamos al principio. La salvación solo puede venir de gentes con intransigencia férrea en cosas como la corrupción.

Y es que en realidad el fuerte es más fuerte cuando está solo. La ambición conduce al compromiso y éste acaba siendo letal. Por todo ello es esencial que al principio de un nuevo orden de cosas estén el honor, el coraje y, sobre todo, la verdad.

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