Más allá de sus oscuros vínculos con el chavismo, la fundación se acabó disolviendo porque se agotó la lluvia de dinero procedente de Venezuela
SE cumple un año desde que el Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS), la fundación para la que trabajaron dirigentes y miembros de Podemos, cesara su actividad después de que Periodista Digital desvelara que recibió fondos del régimen de Hugo Chávez para crear en España fuerzas políticas bolivarianas, más allá de las asesorías que realizó durante años para los gobiernos de la órbita chavista.
Tras el escándalo, Pablo Iglesias afirmó que no existía ninguna vinculación entre Podemos y la polémica fundación, pero lo cierto es que sus ideólogos y buena parte de sus integrantes más destacados no solo militan, sino que forman parte de la actual directiva del partido morado.
El propio Iglesias fue responsable del área de Formación y viajó a Venezuela en nombre de CEPS; Íñigo Errejón fue miembro de su Consejo Directivo, mientras que Carolina Bescansa y Luis Alegre, cofundadores de Podemos, también trabajaron en dicha entidad como asesores. De hecho, Alberto Montero, el profesor que le concedió la a Errejón, es hoy diputado en el Congreso tras ostentar la presidencia de la fundación.
Y sucede lo mismo si se analiza el salto a la política que han protagonizado otros exdirigentes de CEPS en la Comunidad Valenciana, que es donde tenía ubicada su sede. Antonio Montiel es portavoz de Podemos en el parlamento regional; Fabiola Meco también es diputada y Rubén Martínez Dalmau opta a una plaza en un organismo asesor de la Generalitat valenciana, entre otros ejemplos.
Más allá de sus oscuros vínculos con el chavismo, la fundación se acabó disolviendo porque se agotó la lluvia de dinero procedente de Venezuela y, además, ya había logrado su objetivo político tras el nacimiento de Podemos, pero tanto su espíritu como su estructura perviven hoy en la formación morada.