ERA de esperar. Los proetarras han comenzado a movilizarse para viajar a Barcelona esta semana con las intenciones que se le suponen a individuos de semejante perfil: sabotear la labor de las Fuerzas de Seguridad desplazadas a Cataluña para garantizar el cumplimiento de las normas del Estado y Derecho y el restablecimiento de las libertades tras el golpe del Parlament.
Elementos abertzales han comenzado a organizar una especie de viajes chárter a puntos sensibles de la geografía catalana para -bajo la chusca bravata-consigna «ahora comienza el mambo», que utiliza la CUP- hostigar a los agentes y crear un ambiente de inseguridad.
Seguramente, la estrategia es tratar de distraer a policías y guardias civiles para que descuiden las acciones tendentes a impedir el referéndum ilegal y tutelar el orden público.
Con estos siniestros fletes de matones que ofrecen viajes a 35 euros, de los que informamos en páginas de España, ya es innegable que los filoterroristas vascos van a prestar socorro a la facción independentista y a esos piquetes más radicales que están acosando a las Fuerzas de Seguridad (Mossos excluidos, naturalmente).
Hay preocupación en el Ministerio del Interior ante la posible «kaleborrokización» de las acciones del frente separatista, donde grupos antisistema como Arran ya han dado muestra de su pericia en el sabotaje. Y ahora les vienen refuerzos…
Visto con perspectiva, este apoyo es normal si tenemos en cuenta que los soberanistas han elegido como figura referencial a un terrorista multirreincidente como Otegui, que se pasea como un ídolo, recibiendo aplausos y abrazos, por todos los actos que viene organizando el separatismo.
Por eso es tan importante que Puigdemont y Junqueras cesen en este despropósito que ahora va a contar hasta con el apoyo de filoterroristas, esos mismos que brindaban cada vez que ETA asesinaba a un catalán.
‘Hazte un selfie con Otegi’: los independentistas reciben al batasuno cual estrella de rock
