Rajoy pacta con Sánchez y Rivera reactivar el 155 a la primera ilegalidad de 'Ku Klux Clan' Torra
Como es habitual, Inés Arrimadas estuvo enorme este 14 de mayo de 2018 durante la segunda sesión de investidura que concluyó con la votación en que los nacionalistas eligieron nuevo presidente de la Generalitat al fanático Quim Torra (Rajoy pacta con Sánchez y Rivera reactivar el 155 a la primera ilegalidad de ‘Ku Klux Clan’ Torra).
La líder de Ciudadanos en Cataluña criticó con dureza los artículos del ahora ya flamante president, en lo que el independentista se explayaba en términos propios del Ku Klux Clan el contexto social y el avance del castellano en las calles de Cataluña (Que quede claro quién manda: TV3 se lanza a lavar la imagen del racista Torra conectando con ‘Puchi’).
Arrimadas no se cortó un pelo:
«No es la primera vez que Torra se refiere a millones de personas como bestias con forma humana».
La portavoz y líder de la oposición democrática en Cataluña acusó al supremacista Torra de xenofobia, populismo y exclusión, calificando de repugnante que haya hablado en sus artículos de «avalancha inmigratoria», pese a presentarse como el «señor de la República para todos» (El macabro beso de Torra a la tumba del ‘soldado cojones’ resucita los peores fantasmas).
«Le va a resultar difícil verlos cada día, sabiendo lo que piensa de nosotros».
Este es uno d elos artículos de Torra, a los que hizo referencia Arrimadas. Se titula ‘La lengua y las bestias’:
- En casa de los padres corría un viejo ejemplar de un libro que todos los hermanos habíamos leído: ‘De cuando las bestias hablaban’, de Manuel Folch y Torres. El padre era inflexible y, como ‘La rosa y el anillo’ de Thackeray y en ‘Bolavà’ de Josep Maria Folch, consideraba que uno no podía hacerse mayor sin haberlos leído. Era un libro delicioso donde lechuzas, osos, elefantes, ciervos y abejorros hablaban, una colección de fábulas destinadas a la educación de los niños.
- Ahora miras a tu país y vuelves a ver hablar a las bestias. Pero son de otro tipo. Carroñeros, víboras, hienas. Bestias con forma humana, sin embargo, que destilan odio. Un odio perturbado, nauseabundo, como de dentadura postiza con moho, contra todo lo que representa la lengua.
- Están aquí, entre nosotros. Les repugna cualquier expresión de catalanidad. Es una fobia enfermiza. Hay algo freudiano en estas bestias. O un pequeño bache en su cadena de ADN. ¡Pobres individuos! Viven en un país del que lo desconocen todo: su cultura, sus tradiciones, su historia. Se pasean impermeables a cualquier evento que represente el hecho catalán. Les crea urticaria. Les rebota todo lo que no sea español y en castellano.
- Tienen nombre y apellidos las bestias. Todos conocemos alguna. Abundan las bestias. Viven, mueren y se multiplican. Una de ellas protagonizó el otro día un incidente que no ha llegado a Cataluña y merece ser explicado, como un ejemplo extraordinario de la bestialidad de estos seres. Pobres bestias, no pueden hacer más.
- Una de las escasas compañías aéreas que viene aceptando con normalidad el catalán es Swiss. Si han cogido alguno de sus vuelos a la vieja confederación, habrán constatado que se viene utilizando nuestra lengua a la hora de despegar o aterrizar el aparato. Una excepción ya que, desgraciadamente, con el resto de compañías venimos siendo tratados exactamente como lo que somos, la última colonia en tierras de Europa.
- Pues bien, hace un par de semanas viajaba en un vuelo de Swiss una de estas bestias. Al llegar al destino, se anunciaron en catalán las típicas observaciones previas al aterrizaje. La bestia, automáticamente, segregó en su boca agua rabiosa. Un hedor de cloaca salía de su asiento. Se removía, inquieta, desesperada, horrorizada por oír cuatro palabras en catalán. No tenía escapatoria. Un sudor mucoso, como de sapo resfriado, le manaba de las axilas.
- Hay que imaginarse a la bestia, ¡después de tanto tiempo!, ellas que pueden vivir en su mundo español sin ningún problema, escuchando cuatro palabras en una lengua que odia. Indignada, decidió escribir una carta en un periódico alemán de Zúrich, quejándose del trato recibido ya que «se violaban sus derechos» al ser el castellano la «primera» lengua oficial de España. Y, a toda plana, la queja de la bestia salió publicada.
- Gracias a Dios, los buenos amigos del Casal Catalán de Zúrich han replicado y han dejado las cosas claras (tantas embajadas y consulados del Mar y, mira tú, un pequeño Casal Catalán es el que ha movilizado gracias a la decencia y dignidad de sus miembros).
- Pero ¿por qué hay que movilizarse cada vez? ¿Cuando acabarán los ataques de las bestias? ¿Cómo podemos en 2008 aguantar tanta vejación, tanta humillación y tanto desprecio?