ANALISIS

Así llegan los partidos al inicio de la carrera por ganar las elecciones generales

El 'okupa' Sánchez no ha convocado elecciones por dignidad, sino por obligación

Así llegan los partidos al inicio de la carrera por ganar las elecciones generales
La media d elas encuestas electorales a 16-2-2019. EP

El ‘okupa’ Pedro Sánchez desveló este viernes que el 28 de abril se celebrarán elecciones generales, lo que sitúa a España en una circunstancia excepcional, ya que en el lapsus de un solo mes tendrán lugar también los comicios locales, autonómicos y europeos (Ridiculizan a Pedro Sánchez con ‘memes’ tras la convocatoria de elecciones generales).

España entra en una nueva fase de incertidumbre electoral de la que prácticamente no ha podido escapar desde 2016, con el peligro que siempre arrastran la inestabilidad política, el riesgo de una nueva parálisis institucional y las dudas en el ámbito económico (La legislatura del cambio de Sánchez ha sido la del bloqueo: sin reformas, sin leyes y sin pactos).

Sin embargo, es la mejor noticia que podían recibir los españoles. Cuando se disuelva formalmente el Parlamento, el próximo 5 de marzo, Sánchez no habrá llegado siquiera a estar un año en La Moncloa, pero en estos pocos meses deja tras de sí una gestión demoledora (Losantos se harta de las mentiras de Sánchez durante su mitin en Moncloa: «Sin temor a querellas, este es un sin… vergüenza»).

Sánchez ha fracturado a la sociedad radicalizándola ideológicamente. No ha impedido una ralentización de nuestra economía, ha sucumbido a la gran mentira que es el «diálogo» con el separatismo para traficar con la unidad de España y ha comprobado que las supuestas lealtades políticas con las que contaba no eran tales, porque han sido sus propios socios de moción de censura quienes le han abandonado.

Gobernar con 84 escaños y chantajeado por el independentismo y el populismo de extrema izquierda ha sido una temeridad propia de un presidente irresponsable que solo concibe el poder desde una perspectiva puramente egocéntrica.

La presión de millones de españoles ha obligado a Sánchez a rectificar. Pretendía permanecer en La Moncloa hasta marzo de 2020 y hace apenas una semana sostenía con altanería que si alguien quería elecciones inminentes debería esperar sentado.

Las encuestas, que dibujan un mapa electoral cambiante desde el pasado mes de julio en el que la suma de los bloques será capital para conformar gobierno.

El primer GAD 3 para ABC tras la moción de censura a Rajoy y la celebración del proceso de primarias del PP, realizado en julio de 2018, reflejaba aún la caída de los populares, que se dejaban más de 30 puntos respecto a los resultados de las elecciones del 26-J. Esta fue, sin embargo, la primera vez que el PP frenaba la pérdida de apoyos durante el pasado año y recuperaba un tímido 0,6 % de respaldo. La formación sumaba 104 escaños frente a los 137 escaños de las elecciones del 26-J.

Dos meses después, en septiembre, y tras los primeros pasos de Pablo Casado al frente del partido, recuperaba apoyo pero lejos del punto de partida: 106 escaños, que se traducirían en un 20,5 % de intención de voto. Una tendencia que se mantuvo en los meses siguientes. El PP hundió su techo electoral hasta los 89 escaños ( en diciembre de 2018).

Sin embargo, la resaca de las elecciones andaluzas y el trasvase de votos desde Ciudadanos fue clave en enero de este año para recuperar 8 diputados y subir hasta los 97 escaños (23% en intención de voto) en la encuesta de GAD 3. Aún así, Casado se muestra confiado y ve a su formación con margen para liderar la próxima legislatura.

El PSOE, por su parte, encara la carrera electoral con el reto de mejorar los 84 escaños que obtuvo en julio de 2016. Pese a la cercanía entre las dos grandes citas electorales del año, desde el PSOE, tal y como informó Víctor Ruiz de Almirón, se muestran convencidos de que tras los últimos acontecimientos «la campaña está hecha». Así, su estrategia pasa por estrechar el espacio a Ciudadanos, equiparándolo con los partidos conservadores, y cargar contra los independentistas por alinearse con la derecha al no apoyar los Presupuestos.

Si se miran las encuestas, el PSOE de Pedro Sánchez ha mejorado desde su llegada a La Moncloa. En julio de 2018 creció de los 84 a los 113 escaños. En septiembre, tras el escándalo del plagio de la tesis de Sánchez y las dimisiones de varios ministros, bajaron hasta los 106 diputados y empataban con el PP, pero en enero, tras las elecciones andaluzas, volvieron a crecer. El primer GAD 3 del año dio a los socialistas 111 escaños o, lo que es lo mismo, un 26,5% de los apoyos.

Si se comparan estos datos con el CIS, el ente vaticina que la subida del PSOE es aún mayor. El organismo que dirige Tezanos dibuja una línea ascendente que ha situado, sistemáticamente, a los socialistas como primera fuerza política. El último barómetro del CIS otorga al PSOE un 29,9 % de los apoyos.

Frente al escenario optimista de los socialistas se sitúa el que el CIS presagia para el resto de formaciones. El PP, que sería la segunda fuerza política según GAD 3, cae hasta la cuarta plaza en la última encuesta del CIS con el 14,9 % de los apoyos. Muy lejos del primer resultado que le dio el pasado mes de julio cuando llevaba un mes al frente de la oposición, y sumaba el 20,4 % de los apoyos.

El futuro de Cs y Unidos Podemos

Ciudadanos, que obtuvo 32 escaños en las últimas elecciones generales, habría duplicado sus resultados en estos tres años. La formación que lidera Rivera va en escalada desde el primer GAD 3 de julio de 2018 en el que duplicó su resultado hasta los 66 diputados y un 19,6 % de apoyos. Su mejor dato llegó en diciembre de 2018, que elevó tu techo hasta los 74 escaños, pero tras las elecciones andaluzas el partido naranja perdió 13 puntos debido al auge de Vox, hasta alcanzar los 61 escaños (y el 17,1 % de los apoyos).

Así, su estrategia pasa por diferenciarse en ese bloque de derechas -que Rivera ya reivindica como caduco al hablar de «liberales» y «conservadores»- como la opción de centro y desde ayer habla de «construir una mayoría alternativa» que pasa por dejar al PSOE «en la oposición».

En paralelo, el camino de Unidos Podemos, y su resultado el próximo 28-A, es una de las claves para dirimir el puzzle de poder de los próximos cuatro años. La confluencia liderada por Pablo Iglesias se desploma, según las encuestas, y cae desde los 71 diputados que obtuvo en 2016 a los 31 que le otorga GAD 3 en su primer barómetro del año.

La pérdida de casi la mitad de sus apoyos, si no mejora de aquí a los comicios, podría suponer que el PSOE se quedase sin opciones de gobierno al no tener un partido con el que sumar (ni siquiera contando con las formaciones independentistas a pesar de su negativa a apoyar los PGE).

A pesar de la realidad demoscópica, y de los últimos envites internos que han azotado la formación desde la salida de Errejón, Pablo Iglesias, que gozará de su baja de paternidad por completo y llegará a punto para la campaña, y también Irene Montero han advertido varias veces que su partido sale «a ganar»

El CIS también desliza la misma tendencia en ambas formaciones y las encuestas de Tezanos apuntan a la pérdida de apoyo. Con pocas variaciones en el resultado, desde julio de 2018, convertido ya en el sostén del Gobierno de Sánchez, hasta enero de 2019, tras el catastrófico resultado en las elecciones andaluzas, Podemos pasa del 15,6% de los apoyos al 15,4 %.

Esto le situaría como tercer partido más votado. Por su parte, Ciudadanos se situó como segunda fuerza política, en un empate técnico con el PP, con un 20,4% de intención de voto, según el CIS de julio de 2018. Sin embargo, el último barómetro refleja una leve caída hasta el 17,7%. Aún así, la bajada del resto de formaciones según las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas le coloca como el segundo partido más votado.

Vox, clave para sumar

En este mapa de poder Vox, que previsiblemente jugará como baza de campaña el juicio del procès, se dibuja como la llave para conformar el próximo Gobierno del país. Su posible auge, junto al batacazo de Podemos, daría la mayoría absoluta al bloque de las fuerzas de derecha.

El partido de Abascal, que parte de cero, podría irrumpir en el Congreso, según el último GAD 3, con 23 escaños (que se traducirían en un 9,8% de los apoyos). Así, la suma de las tres formaciones, si se reeditase un pacto a la andaluza, superaría la mayoría absoluta y llegaría a los 181 diputados.

Más comedido se muestra el CIS de Tezanos con Vox, como ya hiciera ante las elecciones en Andalucía, y solo le otorga el 6,5% de los apoyos (duplicando, eso sí, el resultado desde que fuera incluido en el barómetro en diciembre de 2018).

El papel de la formación dependerá, entre otros factores, del modo en el que se materialice el reparto de votos en cada circunscripción, que será fundamental para la obtención de representación.

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