La resolución del Parlamento Europeo contra Nicolás Maduro dejó un sabor ‘agridulce’.
La medida de presión contra el régimen chavista se aprobó con 487 votos a favor, donde no estaban presentes los de VOX. ¿El motivo?, una discrepancia con el Partido Popular sobre los puntos a someter a votación.
En concreto, se tratan de seis aspectos que dotarían a la resolución de un carácter mucho más fuerte al inicialmente aprobado este 10 de julio.
Desde VOX detallan los puntos que no fueron visto con buenos ojos por el PP:
1. Nicolás Maduro «socava una y otra vez la integridad credibilidad y la transparencia de los procesos electorales, en particular, tras múltiples casos de manipulación, numerosas irregularidades y fraudes en diferentes elecciones».
2. El escándalo de corrupción del embajador en Caracas de José Luis Rodríguez Zapatero y la participación del expresidente en la «legitimación de las trampas del dictador».
3. La «necesidad de adoptar medidas eficaces e inmediatas contra la alianza entre Venezuela e Irán, cuyo máximo exponente es la utilización de Venezuela por parte de Hizbulá como plataforma”.
4. La exigencia a que se investigue la visita de Delcy Rodríguez a España el pasado mes de febrero.
5. El pacto de principios de este julio entre el representante de la Unión Europea, Josep Borrell, y el ilegítimo canciller de Maduro, Jorge Arreaza.
6. El apoyo de Rusia a Maduro.
El problema radica en que los señalamientos a José Luis Rodríguez Zapatero o José Luis Ábalos por el ‘Delcygate’ no contaría con el visto bueno del PSOE y sus socios europeos, quienes sí votaron a favor de una resolución sin los seis puntos planteados por VOX.
Las discrepancias llevaron a que los eurodiputados de Santiago Abascal votaran en contra de la resolución, así como también hizo Podemos. Sin embargo, por motivos totalmente opuestos: VOX, por considerar blanda y complaciente la resolución; Podemos, por estar a favor de la dictadura venezolana.
El eurodiputado Hermann Tertsch reconoció que terminaron separando se la resolución tras ver «las supremacía total de los socialistas con su tesis en beneficio de Maduro».
“Han tapado todo lo de Zapatero, lo de Hizbulá, lo relacionado a Delcy Rodríguez y nuestra denuncia del pacto entre el régimen de Maduro y Josep Borrell”, denunció Hermann Tertsch.
La resolución aprobada
Este 10 de julio de 2020, el Parlamento aprobó con 487 votos a favor una resolución que insta a las autoridades a reconocer la situación, evitar que se agrave y tomar medidas políticas y económicas para garantizar la seguridad de la población y la estabilidad del país y de la región.
“La ya terrible crisis humanitaria, política, económica, institucional y social ha empeorado significativamente durante la pandemia”, subraya la resolución.
A lo que suman otros graves aspectos como “la escasez de medicamentos y alimentos, las violaciones masivas de los derechos humanos, la hiperinflación, la opresión política, la corrupción y la violencia”.
Los eurodiputados hicieron un importante llamamiento a Nicolás Maduro de cesar en su intento de celebrar un fraude electoral en diciembre. El mismo que viene preparando con la ‘expropiación’ a partidos políticos de la oposición y la creación de un CNE con puros rectores afines al régimen.
En este sentido, el Parlamento Europeo exige que se celebren elecciones presidenciales y legislativas libres, transparentes y creíbles, como la única manera de salir de la crisis.
El Parlamento reitera su apoyo a Juan Guaidó como presidente legítimo de la Asamblea Nacional y presidente interino legítimo de Venezuela, y a la Asamblea Nacional, el único órgano democrático de Venezuela elegido legítimamente.
La resolución rechaza las vulneraciones del ordenamiento democrático y constitucional, así como los actos de intimidación, la violencia y las decisiones arbitrarias contra los opositores.
Los eurodiputados lamentan las amenazas de Nicolás Maduro de expulsar de Caracas a la embajadora de la UE, en respuesta a las sanciones impuestas a once altos cargos venezolanos por violaciones de los derechos humanos y plantean que la Unión y los Estados miembros recurran a la reciprocidad si vuelve a suceder.
