La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, ha hecho un verdadero papelón en ‘El programa de Ana Rosa’, al intentar sortear el tema del momento: la ruptura de Argelia con España por el cambio en la postura histórica con el Sahara por parte del Gobierno de Pedro Sánchez.
Como era de esperar, este ‘volantazo’ empieza a pasar factura: el Gobierno de Abdelmadjid Tebboune anunció este miércoles, 8 de junio de 2022, la suspensión inmediata del Tratado de Amistad con España, al tiempo que la Asociación Profesional de Bancos y Entidades Financieras (Abef) la congelación de las domiciliaciones bancarias para operaciones de comercio exterior de productos desde y hacia nuestro país a partir de este jueves.
La ministra deja en claro que les domina la incertidumbre al aseverar que estamos en “un contexto en el que todas las situaciones son cambiantes en un plazo de un segundo” pero alega que a penas vieron el comunicado, “el Gobierno de España volvió a reiterar su compromiso con este país y su vocación de tener una buena relación de vecindad».
Montero torea la pregunta obvia de si la medida tomada por El Mouradia es una retaliación por el volantazo en la postura histórica de España respecto al Sahara, al señalar que «las relaciones diplomáticas son siempre complicadas”. También obvia el hecho de que la medida fue publicada por la agencia de noticias estatal argelina justo después de que Sánchez calificara de “positivo” este cambio de postura en el Congreso de los Diputados.
En cuanto a las consecuencias que implican el rompimiento en las relaciones bilaterales asegura que se deben distinguir dos planos: “en primer lugar la situación del suministro de bienes que pueda venir de este país, que está sujeto a contratos de medio plazo y no tenemos dudas que cumplirán con los contratos».
Este elemento es de vital importancia porque hasta hace unos meses, Argelia era nuestro principal proveedor de gas. Asegura que “el suministro del gas y todas aquellas materias primas que las empresas españolas tuvieran comprometidas con Argelia van a seguir proporcionándose. No tenemos dudas de que Argelia siempre ha cumplido con los contratos de suministros».
En cuanto a las exportaciones se reitera al insistir que “los contratos que tiene la industria española con Argelia no tenemos ningún riesgo, ninguna duda, de que se van a cumplir con esos contratos como se viene haciendo todo este tiempo” pero no aclara el impacto en caso de que no sea así, aunque expertos estiman que pueden costar hasta unos dos mil millones de euros anuales a las empresas españolas.
Pese a que Argel fundamenta la medida en el hecho de que «las autoridades españolas han realizado una campaña para justificar la posición que han adoptado sobre el Sahara Occidental en violación de sus obligaciones jurídicas, morales y políticas como potencia administradora del territorio que pesan sobre el Reino de España hasta que finalice la descolonización del Sahara Occidental”, Moreno afirma que han sido “bastante francos con Argelia” y que los compromisos con “Marruecos y con el Sahara están en el marco de Naciones Unidas” pero de nuevo, no aclara los motivos del cambio de postura que ha desatado toda esta situación.