El miedo a perder el poder les nubla el juicio.
El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, redobla sus esfuerzos para ilegalizar a VOX, temiendo la subida en el apoyo popular que han ido mostrando en estos últimos tres años y buscando contentar a sus socios independentistas.
Los socialistas registraron un nuevo documento en el Congreso de los Diputados que centra su argumentación para expulsar de la política al partido de Santiago Abascal en dos razonamientos: que pidió ilegalizar a los partidos que atacasen la Constitución y que apoyan la violencia.
Sin embargo, el razonamiento expuesto es burdo y no hay por donde cogerlo. El PSOE dice que en la Constitución Española de 1978 “se optó por un régimen de democracia abierta o ‘no militante’, en el que todas las opciones políticas tienen cabida, incluso aquellas que pretenden reformar aspectos centrales del Texto Constitucional». Señalan, además que «al no establecer cláusulas de intangibilidad, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ha interpretado que nuestra Constitución facilita la participación política en su máxima expresión. Si todo cambio es posible, toda ideología debe estar permitida».
Sin embargo, pese a admitir que todos los puntos de vistas deben ser defendidos para los de Pedro Sánchez, esta interpretación es válida para los separatistas, proetarras y extrema izquierda, pero no para VOX. Lógico.
No conforme con esto, se vuelven a disparar en el pie, al señalar que “España es, por tanto, una sociedad constitucionalmente abierta en la que es posible defender en la arena pública cualquier objetivo político, aunque este contradiga aspectos relevantes de la Constitución, puesto que incluso estos aspectos relevantes son reformables”. De nuevo, solo aplicable para golpistas y terroristas, que casualmente son quienes sostienen al Gobierno, pero no para VOX.
Los socialistas prosiguen en su retahila al establecer que como «la ultraderecha plantea la ilegalización de cualquier partido político nacionalista o de cualquier partido político que pacte con un partido nacionalista”, atentan contra el “derecho de participación política que recoge nuestra Constitución”. Lo cual vulnera “la jurisprudencia del Tribunal Constitucional sobre la naturaleza de nuestra democracia” y “excluye a una parte importante de la población de la representación política”. Pero deja por fuera que ilegalizar a los de Abascal -de lograrlo- haría exactamente eso.
En cuanto al apoyo a la violencia por parte de VOX, el argumentario es menos logrado, si cabe. Aseguran desde el PSOE que “la extrema derecha (…) se permite abogar por una especie de democracia limitada, en la que una parte de la población no pueda alcanzar la representación política”, aunque no detalla ni lo medios ni ejemplos de cómo la tolda verde “justifica, exculpa o apoya la violencia”.
Alfonso Rojo tocará este y otros temas con el líder de la formación verde, Santiago Abascal, en una entrevista en exclusiva, desde Andalucía.
El director de Periodista Digital considera en ‘El Repaso’ que a Sánchez “se le está poniendo cara de muerto y tras el palo que se va a llevar en Andalucía este domingo, 19 de junio, tiene muchas probabilidades de entrar en un proceso de deterioro similar al que sufrió Zapatero a partir del 12 de mayo de 2010”.
“El PSOE vive ajeno a los problemas reales de las familias españolas y cuanto se la pegue Sánchez, se desmoronará como un castillo de naipes”, reflexiona.
Estos asuntos y otros de interés nacional serán tratados en ‘LaSegunda Dosis’ de este martes, 14 de junio de 2022, junto al director adjunto del grupo Libertad Digital, Carlos Cuesta; el subinpsector de la Policía Nacional, Alfredo Perdiguero, y la diputada del Partido Popular, Inmaculada Sánchez.
