Si me admiten la broma, les diré que en cuanto a eso que se dice a veces, que habría que suprimir el Senado, yo diría que lo que hay que suprimir es el Congreso
«Si me admiten la broma, les diré que en cuanto a eso que se dice a veces, que habría que suprimir el Senado, yo diría que lo que hay que suprimir es el Congreso. Les agradezco mucho el clima de sus intervenciones, realmente muy distinto del que viví ayer; para mí, incomprensible«
Con estas palabras se despachó el jueves 24 Febrero 2011 el presidente de la Agencia EFE, Álex Grijelmo, al referirse ante la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado sobre la acalorada sesión de la Comisión Constitucional del Congreso celebrada el día anterior.
Era la tercera vez, en siete años de mando, que el polémico presidente se enfrentaba a la Cámara. Y salió vapuleado. Todos los grupos parlamentarios, a excepción del PSOE y el Grupo Mixto, criticaron con dureza la gestión de Grijelmo, basada en «la desidia, el desinterés y el incumplimiento». Estas fueron las palabras del diputado popular Ramón Moreno Bustos, que no dudó en señalar que este «mutismo oficial» es lo que ha caracterizado el mandato del presidente de EFE.
Le acusó de provocar una treintena de despidos, de desatar venganzas, protestas y de provocar una «crisis notable» en la agencia pública, lo que choca con «la nula ejemplaridad» en la propia alta dirección. Moreno, además, cuestionó la transparencia de sus informaciones.
Esquerra Republicana continuó con la dureza de la críticas al afirmar que «un pilar básico de la democracia» -como es la Agencia EFE-, «no puede estar sujeta a la mercantilización». «Nos preocupa la gestión privatizada que se está llevando a cabo», añadió, «porque el Estado deja de garantizar la pluralidad informativa y la deja en manos del mercado».
Estas intervenciones contrastaron con la del PSOE, que no dudó en tildar la gestión de Grijelmo de «eficiente e inteligente» y que con él al frente «están garantizadas la estabilidad y continuidad de los trabajadores».
Grijelmo, sorprendido por «la agresividad verbal» de las intervenciones, respondió que la Agencia EFE «no ha despedido a nadie», que él nunca ha estado «escondido» y que como él no es político, no interfiere «en el modelo de EFE como empresa pública». Durante largo rato, Grijelmo se perdió en estas disquisiciones sin contestar a la mayoría de las preguntas que le hacían desde los grupos parlamentarios, como le recordó el diputado popular, que afirmó que, de 72 preguntas, «sólo ha respondido alguna».
La tensión del Congreso no se repitió al día siguiente en el Senado, donde Grijelmo recibió todo tipo de elogios de la Comisión de Asuntos Iberoamericanos. Tal era su relajación que, al finalizar la jornada, el presidente de la Agencia EFE aseguró que «hay que suprimir el Congreso» por lo muy incómodas que resultaron para él las críticas vertidas contra su gestión.
