Debate Nación. Zapatero, arropado por su mujer y su padre en su último Debate de la Nación

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, contó con el apoyo de sus familiares más directos en su último Debate sobre el Estado de la Nación.

Desde la tribuna de invitados del Congreso, la mujer del presidente, Sonsoles Espinosa, y su padre, Juan Rodríguez, siguieron con atención el discurso de más de una hora de duración, y le apludieron al finalizar.

No es la primera vez que la familia del presidente acude a la Cámara Baja a presenciar su intervención en uno de los nueve debates del Estado de la Nación en los que ha intervenido José Luis Rodríguez Zapatero.

El presidente llegó con doce minutos de antelación al Congreso de los Diputados. Su intervención fue acogida con una gran ovación inicial por parte de la bancada socialista, que dio paso a un silencio generalizado al comenzar Zapatero su discurso recordando a los dos militares asesinados esta semana en Afganistán.

El presidente contó con el respaldo y el apoyo de sus compañeros socialistas, a quienes quiso agradecer su colaboración en las palabras finales de su alegato, momento en el que todos los asistentes del hemiciclo prestaron mayor atención.

Asimismo, Zapatero realizó su discurso con sosiego y con un continuo tono de despedida, matiz que posteriormente recalcaron numerosos diputados a la salida del Congreso, tras finalizar el debate.

Además de la presencia de los familiares del presidente, entre los invitados se encontraban la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que conversó y bromeó en alguna ocasión con el secretario de Organización del PSOE y presidente en funciones de Aragón, Marcelino Iglesias, y con el presidente en funciones de Asturias, Vicente Álvarez Areces, sentados junto a ella.

Como es habitual, otro de los presentes en la tribuna de la Cámara Baja fue el presidente del Senado, Javier Rojo, que siguió con atención el discurso de Jose Luis Rodríguez Zapatero.

Distintivo del discurso fue la mayor atención que un considerable número de diputados de ambas bancadas prestaron a sus teléfonos móviles y otros dispositivos a través de los que transmitían sus impresiones en las redes sociales, prestando en algunos momentos poca atención al discurso del presidente del Gobierno.

Con algunos asientos vacíos en la tribuna de invitados y algunos escaños sin ocupar, el discurso del presidente transcurrió con normalidad, con un generalizado silencio interrumpido puntualmente por el sonido de algún móvil, y con respeto, cualidad que Zapatero destacó de sí mismo en las palabras finales de su alocución.

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