Zapatero percibió el año pasado unos ingresos netos de 56.981 euros por ser presidente y otros 10.446 euros como diputado
Lo más llamativo, sin duda, el morbo con el que ha acogido el asunto la ciudadanía española. En sólo seis horas, más de 130.000 personas consultaron las webs del Congreso y el Senado, colapsando las líneas de internet.
Y todo, para enterarse que declaran tener y ganar los diputados y senadores españoles. Indudablemente, que Congreso y Senado cuelguen en sus respectivas webs las declaraciones de patrimonio de los parlamentarios, es una iniciativa de gran impacto en la sociedad, en un momento en el que millones de ciudadanos atraviesan por graves dificultades económicas.
Hay grandes variaciones, pero los parlamentarios españoles poseen de promedio unos 163.000 euros y dos viviendas en propiedad.
Aunque ya ha empezado el griterío de los que consideran que es un cifra exagerada -el pecado capital en España siempre ha sido la envidia- no puede considerarse un dato escandaloso ni llegar a la conclusión de que los políticos españoles sean ricos.
A falta de una aclaración esencial, que es el patrimonio con qué llegaron al cargo para valorar si su paso por la política ha incrementado sus bienes de forma abusiva, lo cierto es que están en la media de lo que cualquier profesional liberal medio puede ahorrar viviendo de su trabajo.
Así se desprende de las declaraciones de bienes realizadas por los parlamentarios y que desde ayer son públicas para todos los ciudadanos a través de las web del Congreso y el Senado. los datos más buscados están los del presidente del Gobierno y los de los dos principales candidatos a sucederle.
José Luis Rodríguez Zapatero ha declarado poseer 34.925 euros en una cuenta compartida con su mujer, tres planes de pensiones por un total de 3.463 euros, una parcela de 674 metros cuadrados en León y 120.000 euros obtenidos del pago aplazado por la venta de un inmueble.
Zapatero percibió el año pasado unos ingresos netos de 56.981 euros por ser presidente y otros 10.446 euros como diputado. Pagó 25.447 euros a Hacienda.
El líder del PP, Mariano Rajoy, está en mejor situación económica que el presidente del Gobierno. Ha declarado en el Congreso que tiene 597.442 euros en cuentas corrientes, fondos de inversión, acciones y seguros de ahorro; tres apartamentos -en Pontevedra, Madrid y Canarias-, la vivienda donde reside en Madrid, en régimen de gananciales, y una oficina en Pontevedra. En 2010 pagó 87.651 euros al declarar el IRPF.
Sus ingresos en 2010 ascendieron a 125.463 euros como presidente del PP, su sueldo de parlamentario y dividendos, intereses de cuentas, rendimiento de operaciones de capitalización y arrendamiento de inmuebles. No posee vehículo propio.
Rubalcaba, por su parte, ha declarado casi un millón y una vivienda y una plaza de aparcamiento, comprados con su esposa en 1978, con un valor catastral de 226.000 euros. Y dos coches de más de 10 años. Eso sí, no tiene préstamos pendientes. Y pagó por IRPF casi 24.000 euros.
En cualquier caso, ninguno de los tres está entre los más adinerados. En este sentido, la número uno del Parlamento es la ex ministra socialista Mercedes Cabrera, que declara más de 6 millones en inversiones. En concreto, 6.234.416 euros en participaciones en instituciones de inversión colectiva junto con 306.004 euros en participaciones preferentes de un banco. También tiene 131.124 euros en tres cuentas bancarias remuneradas y dos viviendas. El año pasado pagó a Hacienda 42.232 euros.
Varios diputados más tienen un patrimonio que supera el millón de euros, sumando el dinero y los inmuebles. Entre éstos está el propio presidente del Congreso, José Bono, que dispone de un capital de 1.785.138 euros, principalmente debido a la valoración accionarial de la hípica toledana Almenara. Cuenta además con dos casas con terrenos, un apartamento en Alicante y 2,3 hectáreas de olivares.
De los tres miembros del Gobierno que han tenido que declarar en el Congreso su patrimonio, porque son diputados, la vicepresidenta económica y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, es quien tiene una situación más saneada: posee 555.991 euros en cuentas bancarias, depósitos y fondos; un piso y una plaza de garaje en Madrid y una vivienda en los Alpes Marítimos franceses. No tiene hipotecas y en 2010 pagó a Hacienda 22.883 euros.
El ministro portavoz, José Blanco, tiene una vivienda en Madrid y otra en Pontevedra, en régimen de gananciales, por las que debe a los bancos préstamos por 224.247 euros. También ha declarado que tiene 19.912 euros, un ajuar doméstico valorado en 55.000 euros y dos coches, un Volvo XC90 y un Peugeot 107.
La ministra de Defensa y diputada Carme Chacón posee una vivienda en Barcelona y otras dos de propiedad compartida en Gerona y en Almería. Tiene dos préstamos por un importe de 300.480 euros.
La decisión de hacer públicos los datos de los parlamentarios ha permitido conocer, por ejemplo, que varios portavoces de los grupos del Congreso están pagando elevadas hipotecas: Josep Antoni Duran Lleida (CiU), un millón de euros; Soraya Sáenz de Santamaría (PP), 426.019 euros, y José Antonio Alonso (PSOE), 354.011 euros.
Las declaraciones revelan datos curiosos, como que Duran Lleida percibió el año pasado una indemnización de 4.042 euros, porque ganó una demanda de protección del derecho al honor a un periodista, y la donó a Cáritas de Barcelona.
Joan Ridao, portavoz de ERC, declara tener 100.136 euros en acciones, fondos y depósitos, un Seat Ibiza, siete viviendas y dos plazas de aparcamiento.
Gaspar Llamazares tiene 303.058 euros entre una cuenta, depósitos y unos fondos, la mitad de un piso en Asturias y un Opel Meriva. El portavoz de IU se curó ayer en salud y advirtió que su patrimonio «parecerá alto para uno de izquierdas», porque hay gente que piensa que los de izquierdas tienen que «ir vestidos de mono y vivir debajo de un puente».
Algo que es preciso subrayar, es que no es la posición de diputado ni la de senador la que más posibilidades de enriquecerse de forma fraudulenta ofrece. No menejan nuestros Padres de la Patria apenas presupuesto, no toman decisiones personales susceptibles de recibir ‘compensación‘ y no están en el ajetreo de las recalificaciones urbanas, las concesione sy las contratas, que es donde se han forrado muchos desaprensivos durante el zapaterismo, el aznarismo, el felipismo y el suarismo.