Un inmisericorde revolcón. Se lo dio a la Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, doña Soraya Rodríguez Ramos, el Excmo. Sr. Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Ricardo Montoro Romero, en la Sesión número 40 del Pleno del Congreso de los Diputados.
En ausencia del Presidente y de la Vicepresidenta del Gobierno, en el orden marcado para la contestación de las Preguntas Orales al Gobierno, le correspondió el inicio de las respuestas al Ministro Montoro. Y desde el principio de la mañana del 20 de junio de 2012 se le notó cómodo, ágil y en forma.
Ya había acabado la Feria Taurina de San Isidro en la Plaza de Toros de las Ventas madrileña, pero el morlaco de la Crisis estaba patente y peligroso, las realidades que llegaban como novedades del G-20 eran las esperadas y se preveían embestidas y tarascadas de todo tipo tras las suaves formulaciones iniciales de las preguntas.
Pero a todas ellas contestó con soltura y viveza el ministro gaditano, dominando las suertes en las Cuatro Preguntas Orales que hubo de contestar, haciendo cambios de trastos y trasteos e incluso algún que otro desplante.
Acabado su turno de respuestas y puede que para no perder la forma, mientras en el hemiciclo seguían las preguntas a los encargados de otras carteras ministeriales, el ministro salió al pasillo y, como novillero con ansias de triunfo, se echó a la arena del albero, en este caso el Pasillo del Congreso, se rodeó de los plumillas y fotógrafos de la prensa, y con la sonrisa fácil y los engaños dialécticos de metáforas y bromas, se entretuvo, y entretuvo a la gente de la prensa, apuntando algunos de los peligros actuales: que si los ataques al euro de los hedgs Funds, que si los intereses anglosajones, que si los comentarios interesados de algunos medios en contra de la realidad europea.
Una y otra vez, el animal informativo, con los bolígrafos y las cámaras en ristre, intentó la cornada de una noticia con una pregunta incómoda (¿quiénes cree usted que son los que atacan a Europa y al Euro? ¿Quiénes les animan o a quiénes sirven?) O el achuchón de una imagen aceptable. Pero el toreador andaluz, y gaditano, se escabulló con un trasteo pinturero, sonriente tras unas modernas gafas azules, y metido en un terno ministerial a modo.
Tras acabar el turno de Preguntas Orales y dentro del de Interpelaciones Urgentes, aparecía la que, con el número de expediente 172/000043, formulaba el Grupo Parlamentario Socialista, sobre la posición del Gobierno ante la petición de rescate financiero, que formulaba la portavoz socialista y contestaba el ministro popular.
Comenzó la interpelación la señora Rodríguez Ramos, la otrora portavoz de la oposición municipal en el Ayuntamiento de Valladolid, con el tono que suele usar: duro en la exposición, abundante en calificativos y descalificaciones y parco en ideas y rigideces a la hora de componer unos razonamientos lógicos. A la vez iba administrando lo que parecía una especie de regañina que modulaba con facilidad y sin mucho comedimiento.
El ministro «paró» la acometida/perorata con una afirmación:
– Cuando hable debe saber de qué habla.
Después, templó el debate con una exposición propia de su doctorado en Ciencias Económicas y, como si estuviera en su cátedra de Hacienda Pública en la Universidad de Cantabria, después de lamentar lo que parecía poca preparación de la portavoz del Grupo Socialista, se entretuvo en lo que al principio pareció un ejercicio de magisterio amable:
– Voy a explicarle lo que está pasando: Zapatero dejó una realidad que hacía imposible el crecimiento… Hemos empezado por sanear las cuentas. Y pagarlas. … Hemos seguido con las reformas: mercado de trabajo, situación financiera. … Y ahora tenemos que hacer una reestructuración bancaria. El Problema de España es que la deuda externa que nos han dejado es del 92 %. Cuando el PSOE llegó al poder era la tercera parte.
El efecto del todavía suave verbo del ministro fue ciertamente extraño. En el turno de réplica, la portavoz socialista comenzó con una afirmación incomprensible y casi absurda:
– Lamento que no le guste a usted mi nivel ni mi desconocimiento del tema.
Porque es que con ella estaba confesando su formación cultural, de licenciada en leyes y sin grandes conocimientos para encaramarse en la primera tribuna parlamentaria a debatir sobre algo que no conocía.
Pero que es que, además y por si no había quedado claro para todos los que la escuchábamos, demostró su conocimiento, o falta de conocimiento de la materia, intentando una reprimenda al ministro por lo que ella llamaba falta de rigor, al confundir el dato del 92 % de Deuda Externa con otro dato, que ella tenía correspondiente a la Deuda Pública y que, aseveraba, no es del 92 %, sino del 70 %.
La mujer se sentó y ante todos apareció con estupor una evidencia: La portavoz del Grupo Parlamentario Socialista tiene una preparación económica tan escasa que confunde conceptos económicos tan elementales como Deuda Pública y Deuda Externa.
Finalmente, en el turno de réplica, el ministro Montoro, después de «parar» y «templar» la acometida, siguiendo la máxima taurina de Juan Belmonte, de «parar, templar y mandar», se dispuso a colocarse en la situación doctoral que correspondía, que todos estábamos viendo y que hacía innecesarias las órdenes.
Tras explicarle los conceptos económicos, para ridículo de la portavoz y de su grupo (que permite que se ocupen de temas importantes personas sin preparación), menoscabo de la Tribuna (que ha de soportar situaciones como ésta y oradores de este tipo) y escarnio de la realidad parlamentaria (que a veces ocurre en el Palacio de las Cortes de la Carrera de San Jerónimo), el ministro acabó con una orden:
– Un poco más de conocimiento y menos soltura con cosas de este tipo.
José Luis Heras Celemín es corresponsal de PD en el Congreso de los Diputados y autor del libro ‘Su Señoría Sor María‘.