El problema de la corrupción no es quién la denuncia, sino quién no la combate o quién pacta en los debates no hablar de corrupción
Mariano Rajoy ha vuelto a rectificar al anunciar este 13 de febrero de 2013 en el Congreso que va a promover que los partidos políticos se sometan también a la ley de transparencia.
«Voy a promover que los criterios de la ley de transparencia se apliquen a los partidos políticos».
El presidente del Gobierno ha hecho este anuncio en la sesión de control del Congreso y en respuesta a una pregunta sobre corrupción de la líder de UPyD.
Rosa Díez le ha preguntado si sigue creyendo en que la lacra de la cottupción «no es un problema para España y para la democracia».
Rajoy ha presumido de todas las medidas que su Gobierno ha puesto en marcha desde su llegada al poder para combatir la corrupción y ha querido dejar claro que no se puede extender de manera generalizada «el manto de las sospechas» sobre la clase política porque, según ha dicho, «la inmensa mayoría son gente honrada».
«Nunca he negado que la corrupción sea un grave problema; cosa distinta es que no me parezca responsable extender de forma generalizada el manto de la sospecha sobre toda la clase política de la que formamos parte todos los que estamos aquí».
CORRUPCIÓN INSTITUCIONALIZADA
La respuesta no ha convencido a Díez, quien ha señalado que la corrupción es «el mayor problema» de la democracia, porque no sólo está «generalizada«, sino que además está ya «institucionalizada«, provoca un ‘daño enorme’ que impide la recuperación y ‘no tiene perdón en términos democráticos’.
Para la líder de UPyD, el problema de la corrupción no es quién la denuncia, sino «quién no la combate» o «quién pacta en los debates no hablar de corrupción» como, ha sugerido, hicieron populares y socialistas en los debates de la última campaña electoral.
Rosa Díez ha advertido de que la única forma de que la ciudadanía vuelva a creer en la clase política es con leyes que combatan y frenen realmente la corrupción.
«Cuando los ciudadanos nos vean hacer estas leyes que van contra nuestra propia impunidad y que van de verdad a favor de una democracia de más calidad creerán en nosotros y creerán de verdad en la democracia, y entonces en España podremos conjugar democracia con mayúsculas».