Ante la España triste, desesperanzada y enfadada con los políticos, habría que intentar un acuerdo
«¿De qué país ha hablado?», ha preguntado Alfredo Pérez Rubalcaba a Mariano Rajoy tras escucharle.
Era de España pero es evidente que la percepción que el secretario general del PSOE tiene de España, «enfadada y desesperanzada» es radicalmente distinta a la que tiene el presidente del Gobierno.
Intuye el líder del PSOE que el presidente del Gobierno no tiene mucha intención de aceptar las propuestas de la oposición, pero él le ha pedido abrir el diálogo porque es su obligación.
«Busquemos un acuerdo para repartir con justicia los costes de la crisis. Sé que es difícil pero creo que merece la pena intentarlo».
Rubalcaba ha empleado una parte de su discurso en rebatir los datos del presidente, mostrarse extrañado por las apreciaciones de Rajoy que presenta un plan de estabilidad muy pesimista pero dice que no hay necesidad de cambiar el rumbo.
No hay datos que inviten ni al optimismo ni a la esperanza, a juicio del líder del PSOE. Rubalcaba ha tomado las previsiones que el presidente ha enviado a Bruselas y le ha recordado que habrá 1.300.000 parados más a final de la legislatura; que no habrá crecimiento y aún así, dice que no hay nada que cambiar.
Pero sí hay que cambiar le ha dicho Rubalcaba, como pide también el resto de la oposición. Cambios en la política europea y en la política española.
«Deberíamos ser capaces de salir de aquí con acuerdos. No me diga que lo que proponemos es volver al pasado porque usted sabe que es falso».
«Cuando usted se reúne con el presidente italiano y le dice que hay que hacer otra política de empleo, eso es un cambio, aunque usted no lo llame así; cuando usted dice en Europa que hay que hacer políticas de crecimiento, eso es un cambio, y si usted traslada esas peticiones a Europa, le vamos a apoyar. Desde aquí le renuevo nuestro apoyo a la política europea».
Ahora se trata de buscar dinero para la financiación en Europa, citando las posibilidades que, a su juicio, ofrece el MEDE, y el BEI.
En política española «hay margen, poco, pero hay un pequeño margen» para cambiar en sanidad, educación, y políticas sociales. Un ejemplo, el inmigrante muerto por tuberculosis al no haber sido atendido y esto empezó con la eliminación de la asistencia sanitaria a los inmigrantes irregulares.
«Retire esa norma y restituya la atención sanitaria universal».
Ha tratado el líder del PSOE de responder por adelantado a los argumentos que el presidente iba a esgrimir en sus réplicas y sobre todo al más definitivo: El PSOE no ha apoyado sus reformas.
«Votar, si, no o abstención a los decretos – leyes que ustedes traen, eso no es manera de negociar».
«Había acuerdo pero ustedes no querían cambiar la ley hipotecaria y nosotros sí; después ustedes la han cambiado».
No ha querido perder la ocasión para pedir al presidente que retire la reforma laboral con datos de pérdida de puestos de trabajo porque esta ley solo sirve «para facilitar el despido».
«Usted dice que quiere hacer una valoración de la ley, hagámosla aquí, y en la OIT.».
En el punto laboral, Rubalcaba ha defendido su propuesta para no perder puestos de trabajo, con reducción de jornada, disminución por tanto de salario y este puede ser abonado a partes iguales por el empresario y el Estado.
«Estudiémoslo».
Ante la España «triste, desesperanzada y enfadada con los políticos», piensa el líder socialista que habría que intentar un acuerdo.
«Un gran esfuerzo para estudiar cómo salimos de la crisis y hablar de salarios, de beneficios, y de la España que queremos que salga de esta crisis».
Por obligación Rubalcaba le ha pedido intentar un acuerdo pero en su solicitud, en tono humilde, nada vocinglero, se ha notado el peso del discurso del presidente poco proclive a aceptar propuestas diferentes a las suyas. Aún así, la petición ha quedado:
«Sé que es difícil pero creo que merece la pena intentarlo».