La ha vuelto a liar en el pleno de investidura. Pablo Iglesias le ha cogido gusto a esto de reventar los debates y si lo hizo ya en el lejano marzo de 2016 cuando era el socialista Pedro Sánchez quien se postulaba como presidente, ahora, este 27 de octubre de 2016, el de Podemos ha repetido la jugada.
Iglesias, en esta ocasión, no se refirió a la ‘cal viva’ ni hizo mención a la figura de Felipe González. La frase del podemita fue poner la sombra de sospecha sobre los 350 diputados del Parlamento, exceptuando claro está a los suyos, a los que llegó a calificar de delincuentes.
La afirmación de Pablo Iglesias, evidentemente, iba a levantar ampollas:
Hay más delincuentes potenciales en esta Cámara que ahí fuera.
El estruendo inmediato en todas las bancadas fue de órdago a la grande y a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, le costó Dios y ayuda poder aplacar los ánimos y afearle la afirmación al secretario general de Podemos:
Señor Iglesias, guarde usted el debido respeto a la Cámara.
El de Podemos, lejos de recoger velar, replicó con todo el descaro:
Yo no me debo a esta Cámara, yo me debo a mi patria y a mi gente.
Para añadir:
Si algunos políticos que pidan la palabra por alusiones por lo de delincuentes, todo queda dicho.