Albert Rivera califica de "viejuno" el proyecto de Iglesias y acusa a Podemos de querer demoler España
Tras 16 horas de debate, este 14 de junio de 2017, el Congreso de los Diputados ha dicho «no» a la candidatura de Pablo Iglesias como presidente del Gobierno.
Y las cifras no son menos incuestionables por conocidas de antemano. El rechazo ha sido tajante por 170 votos en contra (PP y Ciudadanos) frente a 97 abstenciones (PSOE, PDeCAT y PNV) y solo 82 escaños a favor (Podemos, ERC y Bildu).
Se han emitido 349 votos porque se ha producido una ausencia. Iglesias necesitaba la mayoría absoluta de la Cámara para resultar elegido (176 votos) y se queda prácticamente a la mitad.
Tampoco ha conseguido el líder de Podemos el único objetivo al que podía aspirar, al margen de la votación: la imagen de presidenciable. Desde ayer, todos los grupos menos ERC han aprovechado su tiempo de intervención para propinarle duros golpes y cuestionar su capacidad para gobernar España.
Iglesias sí consiguió ayer proyectarse como antagonista del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Pero su logro solo abarca un día y, a cambio, queda enfrentado a la mayoría de la Cámara. El único oxígeno que hoy ha logrado conseguir es una mejora en su relación con el PSOE, superando la etapa de los insultos.
Y aunque ambas formaciones se han cruzado mensajes y deseos de entendimiento para expulsar a Rajoy de La Moncloa, el ego ha vuelto a relevarse como un gran impedimento.
LA ESTOCADA FINAL
El momento más bronco de las 15 horas de debate sobre la moción de censura de Podemos contra Mariano Rajoy se ha producido casi al final.
El portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, estaba dando la réplica a Pablo Iglesias cuando ha soltado esta afirmación:
«Hay quien dice que la señora Irene Montero estuvo mejor que usted ayer, pero no quiero decir nada por lo que pueda provocar en esa relación».
Una evidente alusión al hecho de que Iglesias y Montero son pareja.
Estas palabras de Hernando han alterado sobremanera a la bancada de Podemos, desde donde se ha llamado «golfo», «machista» o «corrupto» al portavoz del PP, olvidando quizá la trayectora y palabras de su jefe de filas (El desmemoriado de los azotes sangrientos a Mariló se tira al cuello de Hernando por hablar de su ‘Yoko novia’).
Mientras los diputados del partido morado protestaban ante la presidenta del Congreso, Ana Pastor, el caradura de Iglesias se quejaba airadamente. Montero, como una actriz de trayto de segunda, hacía que no podía contener las lágrimas.
Ante el revuelo formado en la Cámara, la presidenta del Congreso ha pedido calma a sus señorías para que el hemiciclo no se convirtiera en «un circo» o «una taberna».
Al retomar la palabra, Hernando ha dicho que aprecia a Montero y ha presentado sus «excusas» si se había sentido ofendida. Y después ha terminado su intervención.