La duquesa de Lugo 'celebró' la decisión judicial contra Urdangarin poniendose morada a bogavante, y dándose homenajes en un centro de belleza

El antiestético gesto de la infanta Elena hacia su destrozada hermana Cristina

El antiestético gesto de la infanta Elena hacia su destrozada hermana Cristina
La infanta Cristina saliendo de su domicilio en Ginebra, tras conocerse la sentencia contra su marido TW

Un comportamiento nada adecuado, y muy reprochable a decir de muchos. Si este miércoles 13 de junio de 2018 la infanta Cristina ha pasado el peor cumpleaños de su vida, el 53, -alejada de su familia e incluso de su madre, doña Sofía, que no ha podido viajar para estar a su lado por problemas de agenda ya que este jueves tiene que estar junto a la reina Letizia en la entrega de Premios Fundación Mapfre 2017– lo que le hizo su hermana la infanta Elena el día anterior terminó de hundirla. (Los demoledores y reales planes de Felipe VI para librarse de su hermana Cristina).

En la misma jornada en que el Tribunal Supremo rebajaba la condena a su marido, Iñaki Urdangarin por el caso Nóos, siendo condenado a 5 años y 10 meses, por lo que todo apunta a que el ingreso en prisión es cuestión de días, la hermana mayor de Felipe VI se dio todo un homenaje en vez de estar a su lado para consolarla. (El secreto sexual de Urdangarin que tiene hechizada a la infanta Cristina).

Según da cuenta ‘LOC‘, la duquesa de Lugo que iba a compañada de cuatro escoltas, ha entrado en la clínica de estética Clé Maison de Madrid, un establecimiento donde ofrecen numerosos tratamientos: desde la depilación más básica a otras terapias como la eliminación de ojeras o el injerto de ácido hialurónico. (La reacción del cabreado Felipe VI y su padre al enterarse de la relación de doña Sofía con un señor).

A los 30 minutos, la infanta ha recorrido los escasos metros que separaban este centro de uno de sus restaurantes favoritos, el Boga Bar, en el madrileño y céntrico barrio de Chueca, donde ha comido.

La hermana de Felipe VI se ha zampado arroz con bogavante, que ha regado con vino tinto. Tras la comida, ha puesto rumbo con su imponente Volvo de color gris a Club de Campo Villa de Madrid, donde suele poner en práctica una de sus mayores aficiones: la hípica.

La infanta Cristina, mientras tanto, optaba por cumplir en Ginebra con sus compromisos laborales con la Obra Social de La Caixa y Fundación Aga Khan, intentando refugiarse en el trabajo. Además tiene a su lado a sus cuatro hijos, los que fueron su única alegría en el día que quizá sopló las velas.

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