No se explica nadie dónde se metió, y menos en una fecha tan señalada: la graduación de Pablo Urdangarin al finalizar sus estudios en el Ecolint de Ginebra, y todos buscan una explicacón sin dar con ella. (El inquietante cambio de cara del amigo de doña Sofía que dispara los rumores).
La infanta Cristina se ha quedado así compuesta, con su marido en la cárcel, a miles de kilómetros, y sin poder visitarle, y se ha tenido que conformar con la visita de su hermana Elena, para apoyarla en estos duros momentos. (La inesperada visita de doña Sofía el día del ingreso en prisión de Urdangari).
Lo que ha llamado mucho la atención en la prensa rosa es que doña Sofía no haya acudido rauda en estos días tan delicados. (La visita secreta de don Juan Carlos el día en que Urdangarin rezaba el rosario en su celda).
Sobre todo porque la reina Emérita, si ha sido criticada por algo, ha sido precisamente por viajar regularmente a Ginebra para apoyar en público y en privado a su hija y a su yerno en contra incluso de las indicaciones de Casa Real para salvaguardar la imagen de Felipe VI de las salpicaduras del Caso Nóos.
Muy sonado fue el viaje de la Reina Sofía a Washington en 2011 donde se dejó fotografiar junto a doña Cristina e Iñaki Urdangarin cuando la investigación ya había afectado de lleno al exDuque de Palma.
Por eso ha sorprendido en los mentideros del corazón que la Monarca Emérita no haya estado presente en un día tan importante y al mismo tan difícil para si nieto Pablo.
Sus padres incluso le habían preparado una fiesta en el Hotel Four Seasons de Bergues, a poca distancia de su casa de Ginebra, y allí se dieron cita algunos familiares del joven, como su tía Elena, su abuela paterna, Claire Liebaert, su tía Ana Urdangarin, su tía segunda y madrina, Alexia de Grecia, amén de sus hermanos Juan, Miguel e Irene y su madre.
Tampoco acudió el rey Juan Carlos aunque sí estuvo en la graduación de su nieto Juan.
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