A grandes males, grandes remediios. Y nunca mejor dicho. El emérito viajó a Sanxenxo días después de la publicación de las conversaciones entre la princesa Corinna y el comisario Villarejo que le provocaron un ataque de nervios e hizo un alto en el camino para disfrutar de uno de los restaurantes más reputados de León. (El grave ataque de ansiedad del rey Juan Carlos y los agudos planes secretos de doña Sofía para ayudarle).
Chuletón, cecina y tartar de atún, ese es el menú que degustó el rey Juan Carlos (80) en El Capricho, un conocido restaurante de León famoso por su carne de buey, entre otros platos. (La revelación sexual de Corinna sobre el rey Juan Carlos que ha herido al emérito donde más le duele).
Ha sido un honor tener en nuestra casa a don Juan Carlos. Queremos agradecer lo cercano que ha sido con todo el equipo y su gran labor en muchos momentos importantísimos para nuestro país. pic.twitter.com/G3fQlBEA4Y
— El Capricho (@ElCaprichoLeon) 17 de julio de 2018
Allí disfrutó el padre de Felipe VI de una comida el pasado sábado antes de llegar a Sanxenxo, donde pretendía participar en una competición de regatas que finalmente no tuvo lugar por las condiciones climatológicas.
Según Vanity Fair, don Juan Carlos acudió acompañado de cinco amigos y su escolta y fue «encantador con todo el mundo», ya que a pesar de que avisó de su llegada con un día de antelación, no le importó compartir el salón con otros comensales.
Según fuentes del restaurante, «probó un poco de todo, pero no comió grandes cantidades. Tampoco tomó postre». Eso sí, lo regó todo con dos vinos de la casa.
Parece que la buena comida, los amigos y la vela han ayudado al emérito este fin de semana a recuperarse del ataque de ansiedad que sufrió cuando se filtraron las conversaciones entre su ‘amiga entrañable’ y el comisario Villarejo. En ellas, la princesa Corinna afirma que el rey tiene cuentas en Suiza a través de testaferros, que sólo le importa el dinero y que lo dejó porque estaba con otra mujer, entre otras muchas cosas.
