Queda patente la razón la que Pedro Sánchez ordenó a la catalana Meritxell Batet utilizar la mayoría que PSOE y Podemos tienen en la Mesa, para cerrar el Congreso de los Diputados.
Y que le haya costado tanto reabrirlo, este 9 de abril de 2020, un Jueves Santo sin procesiones y en la que la oposición ha dejado al presidente socialista, a su vicepresidente podemita y a sus ministros como el ‘Ecce Homo‘.
Santiago Abascal, en cuanto ha subido a la tribuna, ha afirmado rotundo: «Sánchez e Iglesias son una caricatura de un Gobierno chavista».
El presidente de VOX ha dejado claro que no van a «ser cómplices de la negligencia y sectarismo de Sánchez e Iglesias, responsables de la mayor tasa de mortalidad del mundo».
«Habéis sentenciado a los sanitarios y agentes de Policía o Guardia Civil no dándoles las medidas de protección».
Abascal ha echado en cara a Sánchez la celebración del 8M y lo ha calificado de criminal, porque el presidente y sus 22 ministros «tenían la información pero no lo dijeron por razones ideológicas»:
«Es un bulo que las víctimas sean 15.000 y son un bulo las declaraciones de su equipo. Es gravísimo afirmar que no existía riesgo de contagio»
Pedro Sánchez, con cara de esfinge y aparentemente ajeno que hay ya 14.555 fallecidos por la ‘peste china‘ y se producen 6.000 contagios al día, ha dicho que su Gobierno trabaja ya en el plan de «desescalada».
Sánchez, quien ha presumido de que «tras una lucha agónica el incendio empieza a estar bajo control», no ha detallado en qué consistirá la nueva estrategia, más allá de las vaguedades habituales.
El socialista ha defendido este jueves en el Congreso la prórroga del estado de alarma, que llevará el confinamiento al menos hasta el 26 de abril.
También se mantendrá la suspensión de las actividades paralizadas el 14 de marzo.
«La normalidad sólo será plena cuando dispongamos de una vacuna».
«Todos los pasos serán escalonados y muy cautelosos, con medidas de higiene personal y colectiva y seguimiento de los contagios, porque un desliz puede llevar a una recaída».
«Tras negar durante semanas el peligro de la pandemia -azuzando incluso las multitudinarias manifestaciones ideológicas del 8M- Sánchez considera ahora que «vivimos tiempos extraordinarios» y que el coronavirus es «la mayor amenaza para la salud del planeta desde la gripe de 1918″.
Sánchez los llama pactos de la Moncloa, pero en realidad son los pactos de Galapagar.
— Teodoro García Egea (@TeoGarciaEgea) April 9, 2020
Y en una nueva maniobra para salvar el puesto y no hacer frente a sus negligencias, pifias e irresponsabilidades, ha soltado sin sonrojarse que «el virus no entiende de ideologías ni de territorios» y ha apelado de nuevo a la «unidad».
«No son tiempos para discusiones estériles que nos distraigan de lo único que importa, que es la batalla al virus».
«Mientras nuestros sanitarios combaten en primera línea, mientras nuestras familias se aíslan, todos debemos estar unidos».
Ahí es donde Pablo Casado le ha sacudido sin piedad.
«Los españoles merecen un Gobierno que no les mienta, merecen un Gobierno que les diga siempre la verdad», ha comenzado el líder del PP, quien a diferencia del de VOX todavía no roto la baraja, como tampoco lo ha hecho Ciudadanos:
«Cuando acabe esta crisis pediremos las actas de esas reuniones en la comisión de investigación que espero no vete, y sabremos si hubo sólo ocultación o también negligencia, porque en esta crisis esta funcionando mejor lo que no depende de usted».
«¿No va a pedir perdón a nadie?. Lejos de cualquier autocrítica, usted justifica sus decisiones en un supuesto comité de expertos del que sólo conocemos sus videos grabados, y cuya efectividad ha quedado más que cuestionada».
«El Gobierno está obligado a contar la verdad. Lo merecen los más de 14.500 fallecidos, según sus propios datos oficiales. Lo merecen sus familias, destrozadas de dolor por no haber podido despedirse de ellos ni acompañarles en sus últimos momentos. Lo merecen los 150.000 contagiados, y los 60.000 hospitalizados que siguen luchando contra el virus. Lo merecen el medio millón de profesionales sanitarios que se están jugando la vida por salvar la de los demás en condiciones lamentables. Y lo merecen los 47 millones de españoles confinados desde hace un mes, que hoy reciben con resignación su petición para mantenerles encerrados en sus casas otros 15 días».
Lo de las mentiras y trampas del Gobierno PSOE-Podemos está alcanzando proporciones bíblicas.
El Ejecutivo se niega a identificar a la empresa o persona que hizo de intermediario en la compra de los test ‘chungos‘, cuando todo apunta a algún socialista amigo de Sánchez.
Es una demostración más de la falta de transparencia que caracteriza a un Ejecutivo reñido con la verdad.
La pregunta que todavía no ha respondido Pedro Sánchez es por qué teniendo un doble listado de empresas seguras -el facilitado por la UE y el ofrecido por China– decidió comprar los test a una compañía que no aparecía en ninguna de las dos.
El estudio de la agencia de la Unión Europea había sido conducido por una entidad independiente, que entre el 9 de febrero y el 11 de marzo había recibido más de doscientas pruebas diagnósticas de todo tipo, incluidas también, pero no recomendadas en el informe, las que terminó por comprar el Gobierno socialcomunista.
O sea, que la agencia de la UE prueba los test chungos chinos, no los incluye en la lista -por no ser eficaces- y Sánchez los compra en contra de todas las recomendaciones.
A eso se le llama ser un necio. Se creyó más listo que nadie y los españoles terminaron pagando su osadía.
No fue un error, fue una negligencia mortal para que alguno se forrase que en cualquier país serio del mundo tendría responsabilidades penales.