Dicen que sarna con gusto no pica.
Así debió sentirse este 23 de junio de 2021 el grueso del Gobierno de Pedro Sánchez durante la sesión de control a su gabinete en el Congreso de los Diputados.
De hecho, muchas de las preguntas previstas para esta jornada decayeron al socaire de los acontecimientos, es decir la aprobación de los indultos a los golpistas catalanes.
Carmen Calvo, vicepresidenta primera del Ejecutivo socialcomunista y auténtica parachoques de Pedro Sánchez, tuvo una sesión complicada en la que no halló argumentos que contraponer a los palos que le dio la oposición.
Iván Espinosa de los Monteros, portavoz del Grupo Parlamentario VOX, fue muy contundente en sus críticas al Gobierno.
Solo había que ver la cara demudada que se le iba poniendo a Carmen Calvo para percatarse de que no estaba nada cómoda frente al baño hemeroteco del diputado del partido de Santiago Abascal:
Señora vicepresidenta, ustedes se presentaron a las elecciones defendiendo unos teóricos principios. Hoy sabemos que esos principios eran contrarios a lo que pensaban. Si hubieran revelado lo que realmente pensaban, probablemente no les hubiera votado nadie. Pero no dejaron pasar ni 48 horas para traicionar su palabra. Usted, en un grado de cinismo asombroso, llego a decir que eso había sucedido en su vida anterior.
Y, efectivamente, fue Pedro Sánchez quien en su vida anterior, es decir anterior a las elecciones, prometió que nunca más habría indultos por motivos políticos. Llegó a decir que «los motivos para los indultos están tasados, sin injerencia del poder político sobre el poder judicial y van a tener que contar con la petición inicial del tribunal que emite la sentencia. ¡Qué cosas, no!
Seguía el portavoz de VOX con su repaso a Calvo:
Y ahora no solo los aprueban, sino que además tilda de revancha algo tan sencillo como es su obligación como es cumplir y hacer cumplir la ley. También José Luis Ábalos, en su vida anterior, rechazó los indultos. «Para haber indultos tiene que haber, previamente, arrepentimiento», decía. Hoy se pregunta: «¿Y eso quién lo pide?» ¿No les dan a ustedes ni siquiera un atisbo de vergüenza? ¿Ustedes duermen bien por las noches sabiendo que han traicionado a la nación? ¿Tiene algún valor para este Gobierno el respeto a la dignidad nacional?
La vicepresidenta primera, abrumada por el repaso dado por Espinosa de los Monteros, tan solo acertaba a decir que:
Señor Espinosa de los Monteros, ¿a qué nación se refiere? ¿A la que representa este Gobierno legal y legítimo? ¿A la que cada día viene con los apoyos parlamentarios para hacer su acción de Gobierno? Pues a esa nación, si es a la que se refiere, no las estamos faltando de ninguna de las maneras. Ahora le diré que nación es la suya.
El de VOX, en la contrarreplica, mandaba a la lona a Calvo:
Señora vicepresidenta, a pesar de que algunos socialistas cuentan hasta siete y ocho naciones, en España solo hay una nación, que es la nación española. Pero eso no esconde la verdad, vicepresidenta del Gobierno. La verdad es que ayer fue un día triste para España. Ustedes han traicionado ya no a nosotros, sino a sus propios votantes y al conjunto de los españoles que creían en el sistema. A ustedes les aplauden solamente los suyos.
¿No se han dado cuenta esta mañana que no les aplauden ni siquiera aquellos a los que ustedes están intentando beneficiar? ¿Sabe usted por qué? Porque es imposible satisfacer a los que hacen de la insatisfacción una forma de vida? Nunca los van a satisfacer. Ustedes solo están arañando un poco más su presencia en el poder, pero por detrás ya les han dicho lo que quieren que venga. No basta con los indultos, quieren la amnistía, el referéndum, quieren la autodeterminación, quieren la independencia. ¿Dónde van a poner ustedes la raya? ¿No se dan cuenta de que están ustedes haciendo un daño irreparable al conjunto de la nación?
La respuesta de Calvo fue, una vez más, una demostración práctica de como escurrir el bulto:
¡Qué antiguo y qué peligroso es su discurso! Usted ha venido a decirnos lo de siempre, pero son 200 años diciéndolo frente a un país diverso que tiene las libertades y los derechos de todos. Que ustedes tienen el monopolio de este país, que ustedes son los dueños de la palabra España, de la idea de la nación y que los demás no existimos. La única diferencia es que ahora ya no cuela con 42 años de democracia sostenida, madura, diversa. Ustedes no son los dueños de España. Ustedes son antiguos y peligrosos.