De mal en peor. Así es el paisaje que se le está dibujando a Pedro Sánchez y a todo su equipo de Gobierno, incluido el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Durante la sesión de control al Gobierno de este 23 de marzo de 2022, VOX hizo lo propio y el diputado Ignacio Gil Lázaro sacó a relucir otra de las grandes vergüenzas del ‘sanchismo’: su estrecha relación con Bildu. Tal es así, que no puede caer en el olvido el pacto del partido separatista vasco y el PSOE cuasi permanente.
Negociar con sanguinarios y disfrazarlo de cara a la opinión pública es un insulto a todos los ciudadanos, quienes, desde luego, no se dejan engañar por el Gobierno, a pesar de todas las falsas promesas e incoherencias a las que nos tiene acostumbrados este último.
#SesiónDeControl Ignacio Gil Lázaro, de @VOX_Congreso, pregunta al ministro de @interiorgob, Fernando Grande-Marlaska, “por qué se niega a pedir públicamente perdón a las víctimas del terrorismo tras haberlas insultado al acusarlas de mentir”. pic.twitter.com/VYNCHdrfJ7
— Congreso (@Congreso_Es) March 23, 2022
En ‘Periodista Digital’ ya lo dejamos claro:
«Si les das la mano te cogen el brazo, y eso mismo es lo que está pasando con la antigua cúpula etarra».
Por eso, cada vez es más común ver «las bienvenidas a expresos de ETA» con:
«Sus pancartas de «Ongi Etorri» a muchos de los sanguinarios que se llevaron vidas de inocentes y que este Gobierno está permitiendo. Y ahora, con el control por parte del núcleo etarra de las cárceles».
Al insulto que supone el terrible chanchullo de los expresos etarras, hay que añadir la actitud del ministro de Interior, Marlaska quien, tal y como le señaló el diputado de los verdes, se niega a «pedir perdón a las víctimas». La suma de ambos hechos son la prueba de la actitud de títere de Pedro Sánchez con Bildu.
La intervención de Gil Lázaro en el Congreso de los Diputados comenzaba entrando en el núcleo de la cuestión:
«Señor ministro [Marlaska], ¿por qué se niega a pedir perdón a las víctimas del terrorismo tras haberlas insultados al acusarlas de mentir?»
Marlaska, de primeras y siguiendo la línea del Gobierno, evitó responder al diputado de VOX y prefirió tirar su respuesta por otro lado:
«La política del Gobierno con las víctimas del terrorismo es un compromiso que atiende a su dignidad y al ejemplo que nos han dado. Un apoyo, por lo tanto, a las asociaciones con un incremento en el respaldo presupuestario, impulso a la memoria pública, a través, por ejemplo, del centro memorial y también de las unidades didácticas. Y, por supuesto, transparencia, comunicándoles todas las resoluciones que se dictan en aquellas materias que les importan».
Por eso, Gil Lázaro tuvo que refrescar la memoria del ministro con unas palabras que no pueden ser más claras y descriptivas de la actitud de Marlaska:
«Señor ministro, la semana pasado le di la oportunidad de pedir perdón a las víctimas del terrorismo desde aquí [Congreso] por haberlas acusado de mentir y usted prefirió enredarse en un discurso falaz y ridículo para eludir la cuestión, como ha vuelto hacer ahora mismo».
El diputado de VOX prosiguió:
«Las víctimas han dicho literalmente que se sienten engañadas, traicionadas, depreciadas y abandonadas por usted. Han dicho que les resulta insoportable ver cómo se blanquea la historia criminal de ETA. Por eso, han anunciado que no se van a reunir con usted nunca más y, por eso, saldrán el próximo sábado a la calle para decirle a este Gobierno que no todo vale y reclamar respeto y justicia para ellas».
Gil Lázaro, además, preguntó a su interlocutor si también piensa acusarles de «ser alborotadores de extrema derecha«, como hicieron otros miembros del Gobierno con «agricultores, transportistas y tantos otros». Y concluye su intervención tachando al ministro de «felpudo de Bildu«, «indigno» y exigiendo que cumpla con la «única alternativa»:
«Mire señor ministro, insultar a las víctimas acredita el desvarío total de un ministro de Interior políticamente indigno porque ha preferido convertirse en el felpudo de los intereses de Bildu y, le digo una cosa, esa es la síntesis de su fracaso y su vergüenza y, por tanto, solo tiene una alternativa: pida perdón».
