Le salió el tiro por la culata.
Pedro Sánchez, cuestionado por el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, sobre el escándalo ‘Koldo-Ábalos‘, quiso defenderse sacando a relucir a Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, exigiendo su dimisión por la acusación de fraude fiscal que pende sobre su pareja.
El líder del PP, sagaz como nadie, cogió al vuelo la amenaza y se la devolvió de manera formidable, poniendo en el tejado del socialista la pelota de esa dimisión que reclama para otros.
Así arrancó su primer turno de intervención:
Señor Sánchez, no me sorprendió su silencio cómplice cuando le dije que usted lo sabía y lo tapó. Ya sabe el que calla otorga. Está claro que su futuro está amenazado por la corrupción. La corrupción política de haber comprado la presidencia a cambio de impunidad y la corrupción económica que conoce muy bien. Su gobierno pagó por mascarillas que la trama convirtió en mordidas. Su gobierno pidió a otros que las compraran. Su Gobierno dio el chivatazo a los investigados. Su gobierno recibió en el aeropuerto de Barajas a la vicepresidenta venezolana de Maduro con los miembros de la trama, supongo que para ayudarla con el equipaje. Y su gobierno negoció un rescate millonario a una empresa con uno de los líderes de la trama. Justamente el que estaba en la venta de las mascarillas y el que acompañó al gobierno al aeropuerto de Barajas. Usted que ha pedido siempre tantas explicaciones, ¿por qué no ha ordenado a su partido y a su Gobierno que dé todas las explicaciones a esta Cámara y a los ciudadanos? ¿Y por qué tampoco ha respondido lo que sólo usted puede contestar? Estamos ante un supuesto muy grave de corrupción, señor presidente, que afecta a su gobierno, a su partido y probablemente a usted. ¿Qué explicaciones? Sinceramente, dé la cara. Díganos hasta dónde puede llegar esta trama de corrupción.
El inquilino de La Moncloa insistió en que aquí quien tiene que dimitir es Isabel Díaz Ayuso:
Hace dos semanas se lo dije. El Gobierno de España lo que está haciendo es colaborar con la justicia, es rendir cuentas ante estas Cortes Generales creando una comisión de investigación y asumiendo sus responsabilidades políticas, sin doble vara de medir, sin leyes del embudo. Sean ustedes coherentes también con lo que predican, señoría. Ustedes hace meses pidieron la dimisión de la directora general de la Guardia Civil. ¿Qué le ha pasado? ¿Qué le ha pasado? Le ha dado la dimisión de la directora general de la Guardia Civil, la señora María Gámez, por un caso que afectaba a su pareja y que posteriormente fue archivado. Le exijo, señoría, que pida la dimisión de la señora Ayuso como presidente de la Comunidad de Madrid. Que tenga coraje, que sea valiente, que exija la dimisión de la señora Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid, aunque eso le cueste el puesto como al señor Casado.
El presidente de la formación de Génova 13 cazó al vuelo la amenaza y se la devolvió con un magistral revés:
Fiestas, fotografías que no se pueden enseñar, armas, tráfico de maletas, decenas de móviles, Ferraris, Lamborghinis, chivatazos… ¿De verdad? ¿No debe ser usted un poco más prudente? Señoría, más claro que nada se está investigando a su Gobierno y se está investigando a usted. Señor Sánchez, le vuelvo a repetir. Tiene usted la palabra. Dé explicaciones voluntariamente. Usted ha cometido un gravísimo error en esta sesión de control. Allá usted, seguro que en su casa no están muy contentos con lo que usted acaba de decir. Señoría, allá usted. Usted es el responsable de subir este tono. Pero ya le digo una cosa. No le espera una oposición menos implacable sobre la corrupción que la que hizo usted hace cinco años para llegar a la presidencia del Gobierno. Señor Sánchez, esta es su trama de corrupción.
Sánchez, ya en plena desesperación, fue incluso a rescatar la famosa foto de hace años de Feijóo con Marcial Dorado:
Señor Feijóo, le exijo la dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid después de lo que hemos conocido en el día de hoy y en el día de ayer. Aunque le cueste el puesto, señoría, exija la dimisión y las responsabilidades políticas a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Y entonces empezará a ser usted algo creíble en la ejemplaridad y en la lucha contra la corrupción.Es más, no vamos a hablar de terceras personas, vamos a hablar de usted y de mí. Vamos a poner un ejercicio en marcha, señor Feijo. Vamos a imaginar que yo soy alto cargo de una comunidad autónoma, pongamos que de la Xunta de Galicia. Y durante cinco años se desarrolla una relación de estrecha amistad con un capo del narcotráfico en Galicia. Imagínese que durante cinco años comparto mesa y mantel, hotel, vacaciones con un capo del narcotráfico, viajo a Canarias, viajo a Ibiza, viajo a Portugal, incluso viajo a Andorra, donde supuestamente este narcotraficante blanqueó 21 millones de los francos franceses de entonces. Usted estaría pidiendo mi dimisión, como es lógico. Pero no lo hace porque fue usted, señoría, el que desarrolló esa amistad. Y esa es la gran diferencia entre usted y yo, señoría, que usted con ese historial ha podido escalar a lo más alto de su partido político y en mi partido político usted no hubiera llegado ni a concejal de pueblo.