Pasará a los anales de la vida parlamentaria como una de las escenas más bochornosas jamás vivida.
Pero, al mismo tiempo, resulta un documento gráfico elocuente de cuál es la situación que actualmente vive el Gobierno Sánchez.
Los apoyos no le llegan y tiene que rascar a fondo para lograr cada voto a favor.
Las medidas fiscales que el Ejecutivo socialcomunista quiere sacar adelante estuvieron a punto de irse por el desagüe puesto que sus socios de legislatura no estaban por la labor de tragar con un acuerdo que solo había sido pactado con la formación de Carles Puigdemont.
La idea era la de hacer permanentes los impuestos a la banca y a las energéticas, algo a lo que ERC, BNG y EH Bildu no estaban por la labor.
Por esa razón, durante la interminable Comisión de Hacienda y Función Pública en el Congreso de los Diputados, hubo una estampa sumamente significativa.
Diputada del PSOE suplicando, literal, a ERC su voto a favor.
La viva imagen de la humillación pic.twitter.com/rzqN69Yu6k
— Sonia Reina Sánchez 🇪🇸🇪🇺 (@ReinaSonia) November 18, 2024
Patricia Blanquer, del PSOE, aprovechó un receso para dirigirse con los brazos en actitud suplicante a los parlamentarios de las fuerzas separatistas catalana, gallega y vasca para que estos cediesen y votasen a favor del paquete fiscal.
Pese a que el lenguaje gestual era claramente de estar humillándose ante los independentistas y prácticamente vendiendo el alma de los socialistas al diable, inicialmente, la respuesta fue un no rotundo.
Pero si la medida decaía, al Gobierno Sánchez le iba a resultar muy complejo seguir adelante. Así que en otro nuevo receso de casi tres horas, desde las 22 horas hasta pasadas las 00:30 ya de este 19 de noviembre de 2024, eso socios de investidura dieron su plácet con condiciones.
Al final el acuerdo fue el de prorrogar un año el impuesto extraordinario a las compañías energéticas y aumentar el tramo más alto en el impuesto a la banca y dirigir todo lo que se recaude a las Comunidades Autónomas.